El pan y las pizzas nacieron juntas hace al menos 4.000 años

Tenemos constancia de que hace ya más de 4.000 años que el ser humano fabricaba pan con los ingredientes más básicos, una primera comida “preparada al fuego” y no simplemente alimentos directos como pueden ser frutas, carne de animales o verduras crudas. 

El pan junto a una especie de cerveza o bebidas fermentadas por semillas de cebadas podrían ser los primeros platos “cocinados” de los que de momento tenemos presencia, junto con animales preparados al fuego para ablandarlos o secados para conservarlos.

Un primer pan, posiblemente en Mesopotamia, entre el final del Mar Mediterráneo, el Mar Caspio y la zona cercana del Golfo Pérsico, se fabricó de una manera muy similar a algunos panes actuales. Mezclando harina de cereales con agua templada, amasando bien la mezcla hasta lograr que una masa que no se pegara a las manos y que fuera fermentando levemente por dentro de su composición. 

Se tapaba y se dejaba fermentar toda la noche con algo de sal para a la mañana siguiente hacer tortas planas y redondas que se cocía en horno fuerte de leña.

Aquellos primeros panes redondos cocidos en el interior de hornos y en algunos otros casos redondos y muy planos, cocidos en el exterior de esos mismos hornos donde se cocían carnes u otros panes, a veces se servían con verduras y carnes encima, cortados a trozos los ingredientes para comerlos todo junto, el pan y esas carnes y verduras mezcladas y a veces sazonadas con algunas hierbas. 

Estaríamos hablando incluso de unas primitivas pizzas, de un plato hoy muy reconocido pero que en realidad es muy simple y sencillo para fabricarlo en casa cuando no había grandes alardes de herramientas.

Harina, agua, sal, un horno, y algo de carne y verduras hechas en el mismo fuego, para acompañar por encima de ese pan. Simple, sencillo, fácil y aprovechando los pocos elementos que tenían a su disposición.