La berenjena es una gran aliada para veganos


En esa cocina vegana más fácil y sencilla de hacer en casa, la berenjena es una de las verduras que mejor encajan en los hogares. El fruto puede ser de variado color y forma, de distinto tamaño segçun clases de berenjenas y en todos ellos encajan con leves matices de sabores casi las mismas preparaciones.

Es una fruta que lleva entre los humanos más de 4.000 años, y  nunca deberíamos comerla cruda por si nos fuera a dar alergias, pero en cambio permite múltiples formas de ser cocinada. Frita, refrita con otras verduras, asada, cocida, acompañando otros productos, etc.

Pelada y cortada en bastones, con una ligera capa de harina y luego bien frita y crujiente como si fueran patatas es una maravilla. Si puedes añadirle miel si no eres una persona vegana, están de maravilla. Y si no, se puede añadir melaza de caña de azúcar que el resultado es igual.

En la imagen vemos una presentación de berenjena asada al horno rellena con carne picada o con tofu o con verduras muy picadas todo junto con el interior de la berenjena también picada, y con salsa de tomate que podemos terminar por encima con queso rallado si no eres vegano o con un picado de almendras o de nueces si has decidido no tomar productos de origen animal. 

Una pequeña salsa de perejil con albahaca, muy machacada y macerada en aceite de oliva puede terminar la presentación.



Presentación de un arroz con leche algo diferente


Hay muchas maneras de presentar un plato sencillo, en este caso un arroz con leche de los de toda la vida. Es un plato que no te va a sorprender, y que solo ese arroz con leche te parecerá diferente si los presentamos diferente. Ese es el trabajo de los cocineros, cuando ya es complicado poder sorprender a los comensales.

Un arroz con leche correcto, pero con una decoración por fuera de almendra molida y menta muy picada, y unos trozos de nueces por encima. Simple, sencillo, barato, pero que puede convertir el arroz con leche de Menú del Día en un plato algo distinto. No se ha recurrido a productos caros ni a presentaciones complejas, simplemente buen gusto y ganas de agradar.

Se puede observar claramente que esta presentación ya tiene 8 años por la cantidad del plato. Hoy casi resulta impensable tanta cantidad de arroz con leche.

Pastel de Navidad, semifrío de mousse de cava con arroz con leche


Se observa una tendencia en la gastronomía de calidad y novedosa que está creciendo en servicios domiciliarios o de cercanía. Cada vez es más sencillo lograr nuevos productos que venden al cliente para que se los tome en su hogar, auspiciados estos servicios por la pandemia. Sean pinchos de bares, platos preparados de cada vez mejor calidad, pastelerías de calidad, productos de grandes restaurantes que se venden preparados para ser llevados al hogar. 

Todo esto abre unas opciones muy interesantes para las llamadas cocinas frías de servicio a domicilio, que si saben aunar calidad, diferencia en sus productos y un precio ajustado, tiene un futuro nuevo muy interesante.

El ejemplo de la imagen es de un obrador conocido que da servicios a varias tiendas de Zaragoza, ue ha creado un pastel especial para Navidad. Un semifrío de mousse de cava con arroz con leche, limón, polvorón en su base y glaseado de chocolate blanco por fuera. Cuando tenga oportunidad de probarlo lo comentaré, pero de entrada en el cartel casero para venderse, aparece como una opción interesante si está bien terminado.

Cocina antigua en una casa cueva de Guadix


La gastronomía gira siempre alrededor de las cocinas, auténticos laboratorios de sabores, ancestrales en muchos casos, espacios que en la antigüedad eran diminutos por diversos motivos, pues había que mantener el calor, eran espacios para una sola persona y a lo sumo una o dos perolas al fuego del hogar que en los meses de invierno servía de calefacción y en los de verano era un espacio sofocante.

Esta cocina es de una cueva de Guadix en Granada, una cocina humilde y muy pequeña que casi siempre estaban en las entradas de las casa cuevas para que pudieran tener enfrente o en un lateral una ventana hacia la fachada de la entrada para que sirviera de ventilación. 

En estas cocinas había como es lógico una chimenea que intentaba sacar los humos del fuego del hogar, y a diferencia de cocinas aragonesas o castellanas eran muy pequeñas pues el calor aquí no era necesario que se expandiera por el resto de la vivienda, ya que no tenía grandes cambios de temperatura entre los distintos meses del año al estar metidas en la roca.

La chimenea tenía el doble papel de extractor de humor y también de ventilación del aire de la vivienda. Y en las pequeñas cocinas se alojaban los ajuares que más se utilizaban teniendo cerca unas sillas bajas y a veces una mesa para poder emplear en las labores de cocina. No tenían allí mismo ni los pimientos secos ni carnes en vasijas en aceite, pues no era necesario que recibieran tanto calor, y todos estos elementos se guardaban en habitaciones más frescas para que así duraran mas tiempo.

Esas habitaciones más frescas, pequeñas y sin luz se llamaban en Andalucía alacenas (en otras zonas una alacena es un armario para guardar los elementos del servicio de comedor) y en ellas era donde se conservaba los alimentos como si fueran los actuales frigoríficos. Con poca ventilación, oscuros y poca zona de entrada para mantener una temperatura lo más similar durante todo el año.

Turrón Colección Eva Arguiñano. Opinión y cata


No siempre los nuevos productos gastronómicos cumplen las expectativas esperadas y este es un ejemplo de ello. En este blog NUNCA se habla de productos para publicitarlos, nunca nos llegan productos nuevos para probarlos y opinar. Todo es de compra propia y de consumo propio. Y en estas Navidades hemos tenido algunos ejemplos de grandes y conocidos cocineros que ponen su nombre publicitario en productos nuevos para ayudar a venderlos.

Pero eso tiene que suponer que el precio tiene relación con la nueva calidad y presentación, y que en verdad es algo nuevo, diferente y que sea un añadido al mercado y no una simple presentación con nombre de famoso.

Este Turrón de Praliné, de chocolate, dicen que de calabaza dulce con aire de jengibre y canela, de la Colección Eva Arguiñano no es un producto que haga fe del gran trabajo que hace la cocinera vasca. 

Es un turrón de chocolate correcto, tal vez excesivamente dulce, algo crujiente por una capita que ayuda a que lo notemos distinto, con un gran añadido de canela, con una presencia de jengibre testimonial de un 0,03% y una calabaza en polvo que según dicen representa un 2%. Curiosamente el 0,05% de canela se apodera del sabor.

El precio ronda entre los 9 y 10 euros los 300 gramos, que sin ser una barbaridad, es superior a la mayoría y sobre todo a los de la gama de Chocolates Lacasa. Este turrón para mi entender es un ejemplo de que hay que medir mucho los productos nuevos antes de lanzarlos.

La diferencia entre comer y disfrutar de la comida. DiverXo es un ejemplo


Hoy he leído esta explicación sobre Dabiz Muñoz el Alma de DiverXo.: Alguien que es capaz de acariciar un guisante lágrima en el wok con un curry verde casero de jalapeño de modo tan delicado y expresivo tal vez no necesite mayor relato.

La cocina, la gastronomía, el Arte de los Sabores es algo tan complejo de explicar como el propio Arte Abstracto. Se siente, se aprecia o no, y nada mas que decir. Como en el caso de DiverXo el precio es muy alto, nadie acude a sus espacios a observar y criticar, sino a dejarse llevar, y a descubrir. 

Nadie acude a ningún restaurante de más de 50 euros la comida o cena, simplemente para alimentarse. Y en eso está la diferencia entre los diversos modos de entender la gastronomía. Se puede acudir a un local de comidas simplemente a comer, o se puede acudir a que te sorprendan. 

No es lo mismo entrar en el Museo del Prado a ver Las Meninas… que comprarte una postal en un estanco del cuadro de Las Meninas. En ambos casos vas a ver casi lo mismo, pero las sensaciones no se parecen en nada. 

Pero me voy a ir a tu casa, a estos días de la Navidad. Tu también puedes sorprender a los tuyos. No tienes que saber tanto como los excelentes cocineros que son miles en toda España. Simplemente tienes que ponerle ganas, buen gusto, y un poquito de imaginación.

Una simples patatas asadas pueden ser insípidas, ahumadas, elegantes, extraordinarias o incluso innovadoras. Depende de tus ganas. Y hablamos de un ejemplo muy barato. 

No es lo mismo asar unas patatas al microondas que hacerlo en el horno, con un aceite por encima por ejemplo de una conserva de muslos de pato, o con el caldo de un bote de pimientos de piquillo, o con unas ramitas de tomillo o de orégano. 

¿Has intentado ponerlas a asar abiertas hasta mitad de su grosos unas patatas con algún caldo de conserva (¿el de una lata de mejillones?) y luego servir esas patatas con unos langostinos pequeños pelados colocados entre la aberturas de la propia patata y que han estado 3 minutos al horno en su periodo final de asado?

Gulas en ensalada. ¿Y gulas crujientes en chocolate?


El mundo de las "gulas" no es comparable al de las angulas ni tenemos que pensar en compararlos. Hablamos de productos diferentes, pero las gulas también pueden dar un gran juego y muy económico en una mesa de aperitivos. Aquí estamos viendo un plato con tres presentaciones diferentes del mismo producto. Las famosas y baratas gulas, entre las que también hay calidades diferentes.

A la izquierda y sobre una concha de vieira un poco de las clásicas gulas como si fueran unas angulas refritas con ajo y ligeramente picantes. Muy clásicas y conocidas, intentan imitar con bastante éxito el clásico y carísimo plato de angulas verdaderas. Estas gulas hay que servirlas calientes y los ajos tienen que estar crujientes. El grado de picos depende del cocinero y de lo que quieran aguantar los comensales.

Arriba a la derecha vemos ya una especie de ensalada de gulas en frío, con algo de escarola picada y manzana troceada. Todo con una salsa vinagreta con mostaza.

Abajo a la derecha es otra ensalada fría y diferente de las muchas que cada uno podemos imaginarnos. Aquí a la gula le hemos añadido lechugas moradas picadas finas y alcaparras picadas, con una vinagreta de aceite de oliva extra virgen y unas gotas del caldo de las propias alcaparras. 

Las gulas de las dos presentaciones de la derecha están sin pasar por el calor, como sucede con esos palitos del llamado surimi, que se sirven en crudo. En realidad como el sabor de las gulas es muy bajo, son capaces de encajar muy bien con cualquier otro sabor añadido que les pongamos, sean por ejemplo salmón o anchoas ahumadas y picadas, vinagretas diversas, distintos picantes, o frescas verduras e incluso frutas. 

¿Seríamos capaces de hacer gulas pasadas por chocolate caliente y dejadas enfriar para que se queden rebozadas de chocolate amargo?

Bombones de Frutas o Besos de Frutas. No mas ramos de flores cortadas


Hay pecados que son maravillosos, como sueños de una noche de invierno, como pétalos de frutas que te mueven los sentidos. Me regalaron esta caja unos amigos —no la casa que los crea y comercializa; qué más quisiera yo pero no—. Y son un lujo probarlos lentamente.

Son fresas muy bien elegidas, trozos de plátano y de piña natural, todos ellos pasados o envueltos por un chocolate que a la hora de probar convierte en crujientes a las frutas y que siendo de calidad tampoco permite asegurar si es de gran calidad pues de lo que se recuerda uno es de esa mezcla perfecta de la fruta en su punto… junto al crujiente del chocolate. Por cierto entran por los ojos y con eso ya te tienen ganado.

Hay que conservarlos en frigorífico, pero hay que tomarlas a temperatura ambiente. Un postre del que dicen está hecho con chocolate de Venezuela, que es perfecto para reglar en cumpleaños y en días "especiales" y sin duda es un ejemplo maravilloso de que las clásicas flores cortadas y muertas tienen recambios que se aprovechan más.

Bombones de frutas que como regalo a los sentidos, encajan maravillosamente en cualquier tertulia con una copa o un simple vino dulce.


Chocolate con torreznos de Soria


Con el chocolate se pueden hacer multitud de presentaciones, cada vez más atrevidas y diferentes. Las clásicas de frutos secos van dejando paso a otras frutas, a chocolates picantes o salados, a mezclas que ya funden la cocina con el chocolate. El último que ha probado es chocolate negro con torreznos de Soria. Puede parecer una tontería pero el resultado final es excelente. Encaja perfectamente el torrezno molido, crujiente y salado, mezclado con el chocolate en tabletas y logrando que la mezcla de la propia grasa del chocolate con la del torrezno refuerce los sabores de ambos. Personalmente, me ha parecido una muy buena idea.

Hay también opciones de chocolate blanco y con leche, pero el negro con un ligero toque final de amargo me ha perecido excelente.