Tajo Bajo, cuello y pierna de cordero. ¿Estamos tontos?


Durante décadas en España pero sobre todo en el Norte y en Aragón, los cortes de cordero más baratos (y en Aragón de ternasco, que son corderos lechales y más jóvenes que los corderos y de razas aragonesas) eran el llamado popularmente Tajo Bajo. No por ser la zona baja del animal en canal, que en un caso sí era así, sino por ser la carne de precio más bajo.

Se entendía el Tajo Bajo como la falda o la zona con hueso que está por debajo de las costillas, y la zona del cuello del animal. Unos tipos de cortes de carne con más hueso, con menos calidad, y que no se podían hacer ni fritas ni a la plancha. Eran carnes para hacer cocidas, guisadas, etc.

Cuando ibas al mercado y solicitaba Tajo Bajo de ternasco (pues en Aragón el cordero es una carne algo más barata y que indica ya una edad del animal superior y por ello un tamaño de la carne más grande) sabían, los que te escuchaban, que no tenías muchos posibles económicos, pero tenías que comer proteínas, carne. Esto hoy no es así.

No hace tanto se empezó a comprar mucho más el llamado Tajos Bajos, o la falda del cordero, pues alguien presentó en televisión para todo el mundo la opción de freírlo mucho con ajos —o sin ellos— y en poco aciete hasta casi churruscarlos, y el resultado como ya sabíamos en Aragón, era fabuloso. 

El llamado cuello seguía siendo una carne de baja calidad y poca venta y de hecho muchas veces en algunos tiempos pasados no te vendían tajo bajo de falda sin que también llevara una parte del cuello. Había que comprar de ambos cortes.

Hoy (mayo 2024) en un Supermercado de color verde he encontrado estos precios que vemos arriba. Tremendo. ¿Estamos tontos? No son nuevos, simplemente es que han ido subiendo hasta unas cifras claramente absurdas.

La falda, la tira de bajos para hacer fritos o asados y que contienen mucho hueso y ternillas, y poca carne está ahora a 12 euros el kilo. 

El cuello que es una carne de baja calidad y dura, también con bastante hueso y que solo sirve para hacer guisada con patatas estaba a 13 euros el kilo.

Y las chuletas de pierna, con mucho menos hueso, más apta para hacer a la plancha, rebozadas o fritas, estaba a 14 euros el kilo. 

En absoluto la diferencia de precio tiene ningún sentido. Pero se vende. Y la compramos.

Personalmente no hace tanto tiempo yo compraba en El Corte Inglés tanto el tajo bajo como el cuello "de ternasco de Aragón" que es una calidad superior y un sabor muy suave en comparación al cordero según indica la fotografía, a una quinta parte de lo que lo venden ahora. Sí, cinco veces menos. Cuando la pierna de ternasco podía estar a poco más de la mitad del precio actual, sobre los 9 a 11 euros el kilo. 

No hay que olvidarse que todavía hay dos presentaciones de carne de calidad superior. Las costillas de ternasco o de cordero solo, y la de pierna y costillas a medias y en el mismo paquete y a un precio inferior al servicio de solo costillas. 

Y otro tipo de corte que se suele vender para asar que es la paletilla o las piernas delanteras del ternasco.

Admito el precio de las chuletas, todo sube y hay que joderse. Sin duda cada vez se venderá menos cordero y lo saben. pero lo que me parece una tomadura de pelo es el precio del tajo bajo y del cuello. Efectivamente, es el mercado, y si queremos lo compramos y si no lo queremos pues es tan sencillo como no comprarlo. Pero al menos debemos saber qué pagamos.

¿Qué son las galletas de la fortuna o galletas de la suerte?

Creo que ya todos conocemos las llamadas galletas de la fortuna o las galletas de la suerte, orientales y que a veces nos sirven en los restaurantes orientales junto a los cafés. 

Ese invento que creemos chino, donde dentro de una galleta de masa generalmente dura y algo sosa nos sale un papelito donde nos dice alguna fórmula o consejo para ser más feliz, o una profecía o un número sobre nuestro futuro.

La verdad es que parece ser un invento americano aunque realizado hace un siglo por un japonés, con ganas de innovar en aquellos años, a costa de asustar a los amigos. 

Pero el viaje se dio al revés y hoy estas galletitas se fabrican y venden en China como un producto suyo para turistas. Incluso es posible encontrarlas en bolsas grandes que venden en supermercados orientales de un cierto nivel.

Por si os gustan estas galletitas de la suerte o de la fortuna, recordar que hay foros, auténticos coleccionistas de los mensajes, forofos de estas galletas que escriben de sus fortunas haciendo caso a los mensajes que les aparecen en ellas. 

No son milagrosas pero muchas veces sus textos y mensajes si son buenos consejos de autoayuda.


Croissant hecho con agua de azahar, en Sevilla



En la cafetería "Gusto Ristobar" de Sevilla, junto a la Catedral, en la calle Alemanes 23, me sirvieron con el café un croissant diferente. Un poco distinto de sabor pero suficiente para sorprenderme. 

Estaba bien cocido pero sobre todo llevaba en la masa unas gotas de agua de azahar, lo que me ha llevado a recordar los roscones para fechas señaladas que se hacen por Aragón. 

El agua de azahar en masas de bizcocho o de pan le entrega un toque leve pero insustituible. Y en los últimos tiempos me enseñaron a añadirle también unas gotas en las infusiones de té y lo cambia ligeramente. Pero volvamos al croissant. 

Un café con leche muy bien hecho sale por 2,10 y el croissant por 1,60 en el año 2015, aunque muy bien servido en un local coqueto y recogido. Es Sevilla y ya en aquel momento el turismo se pagaba, como en todas las ciudades grandes.

Tempura de tomates cherry y de uva moscatel

En mis pequeños y a veces atrevidos experimentos culinarios, el otro día se me ocurrió —ante un exceso de tomates cherry de mis macetas de balcón—  hacer los tomates pequeños fritos… pero con un rebozado tipo tempura. 

Una harina para tempura mezclada con agua fría o cerveza, un poco de sal y si se quiere unos golpes de pimienta o de pimentón picante, servían de envolvente casaca para los pequeños tomates.

Luego era tan simple como pasar los tomates cherry enteros por la masa de tempura y freírlos en una sartén con mucho aceite y bien caliente. Simplemente deliciosos. 

Así que tras aquella prueba se me ocurrió hacer lo mismo con uvas dulces tipo moscatel y a ser posible sin pepitas. Otra sencilla maravilla. Son como pequeñas bombas líquidas que explotan en boca, calientes y crujientes por fuera.

Estas bolitas fritas en tempura debo seguir inventándolas con aceitunas negras sin hueso, con trozos de queso de distintas clases, incluidos el clásico Cabrales o el delicado Gorgonzola. Junto a unos cubos de salchichas cocidas se puede formar una bandeja de pequeñas sorpresas para unos aperitivos de abrir boca pero también como un primer plato excelente.

Mucho cuidado con el exceso de aceite, para lo que es imprescindible unos papeles absorbentes sobre la base de la bandeja donde sirvamos los fritos. Incluso intentar poner por encima unos segundos más papel absorbente, pues es un plato excesivamente calórico. 

Los buenos sabores siempre tiene el problema de que engordan, cachis.

Bellotas en la alimentación de Aragón


Aragón cuenta con zonas naturales importantes en donde es muy sencillo encontrar carrascales en sus somontanos, pero no son afamadas zonas como ecosistemas singulares aunque se trabajen en dehesas y propicien la alimentación de los cerdos turolenses. 

Será porque los cerdos del tipo “Duroc”, de pata blanca, y por escasez de encinas suficientes, se hayan alimentado con pastura antes de con bellotas. El Jamón de Teruel es otro lujo de Aragón para aragoneses.

El árbol sagrado aragonés, el ciprés, no ha encontrado otro aprovechamiento que el forestal o micológico. Aunque no siempre fue así, ni oficiaron sus ramajes como nidos de muérdago de los que se encuentran en las almendreras de Alcalá de Moncayo que, cortados por un druida con túnica blanca, representaban para la cultura celta poseer el alma del roble  o la carrasca.

 

Los frutos de encinas y carrascas, menos agradables al gusto que los de las nogueras de las huertas o castañas de los bosques atlánticos —que les disputaron como cultivo los montes— sí se llegaron a ingerir en tiempos de hambre. Con seguridad nos encontramos ante el primer árbol nutricio aragonés de los pueblos trashumantes.

 

Las bellotas se consumían soasadas y en forma de harina para galletas, pero no consumidas por las legiones romanas que se alimentaban de las de trigo duro. Dado que este pueblo latino de la cercana Italia no consideró noble sino la ingesta de dos alimentos silvestres: las setas y los espárragos. 


Siendo marca de clase y reservados a los ciudadanos los alimentos citados, y no el resto de los dados por la tierra de forma natural, que consideraban para pobres y cabreros.

 

Se conoce que los pastores sí molían las bellotas asadas y preparaban nutricias sopas y gachas, eliminando el ácido sobrante con un buen chorro de miel.

 

En el mercado actual se ha vuelto a producir harina de bellota para la preparación de pastas que acompañen al venado y otras carnes de caza, presentarla horneada en forma de galleta o crear panes o tortas en forma de talo, a partir de su mezcla con espelta o maíz. 


Cuestiones que el recetario extremeño está siendo pionero en incorporar y Aragón tiene pendientes, a este tipo de harina es a la que mejor le sienta la grasa de la panceta.

 

Para rematar, a la ingesta de bellotas como palabro técnico se la denomina “balanofagia”. El pueblo apache era muy aficionado a las tortitas de bellota, acompañadas de siropes de arce.


Luis Iribarren - Gastrónomo

Repostería de Rumanía. Buenos postres


De la gastronomía de Rumanía hay varias cosas que destacar, por ejemplo sus posibilidades de unir buenos embutidos y carnes mechadas ligeramente ahumadas con pescados tipo salmón, arenques o para mi desconocidos que también han pasado por el secado y el ahumado, excelentes todos para aperitivos, desayunos o entrantes.

Pero si algo me ha sorprendido más han sido sus reposterías y postres en donde mezclan muy bien los bizcochos a veces ligeramente borrachos con frutas, y sus reposterías suavemente dulces. 

Hay una buena mezcla de productos distintos a los que tenemos en España, posiblemente por mezclas de las cocinas turcas, griegas, o incluso en algunos casos alemanas o rusas.

Son postres nada rudos, muy esponjosos, suaves pero potentes de sabor. A veces crujientes, en donde mezclan muy bien la repostería con frutas y con helados.

Fritura de pescado. Chipirones, calamares, anchoas o gambas


La fritura de pescado pequeño, es un plato muy andaluz, muy español para productos pequeños del mar que se sirven recién hechos para tomar con un buen vino fino, un manzanilla bien fresco o un blanco del Somontano. 

Y además es una técnica muy sencilla si se tienen buenos productos. En esta imagen vemos, gambas, calamares o chipirones y anchoas. Veamos la técnica del enharinado.

A las gambas se les quita la cabeza (o no) según su tamaño y frescura. Si son pequeñas se deja la cabeza pues bien fritas están maravillosamente llenas de sabor.

Las anchoas se limpian de tripas nada más y de forma leve, pues no hay que limpiarlas mucho.

Los chipirones o calamares pequeños se limpian de tripas y de la zona del ojo y la boca, y sobre todo las patitas se emplean para esta técnica de fritura enharinada.

Los pescados una vez limpios y secos de agua, bien secos de humedad, se salan un poco más de lo normal y se pasan por harina de trigo, donde perderán parte de su sal. 

En una freidora poner aceite de girasol (mejor sería de oliva que aguanta mejor la temperatura alta pero no vamos a abusar de gato) y cuando está el aceite muy caliente se añaden los pescados en más o menos un buen puñado. 

No pasarse en cantidad de pescado pues el aceite bajará de temperatura de forma brusca y eso no es bueno.

Se dejan en la freidora hasta que estén dorados, crujientes, y se sacan entonces sobre un plato con papel de cocina para que absorba el aceite sobrante. Prueba una anchoa por si tienes que rectificar de sal. 

Y a servir recién hechos en una tarde de conversación y de calma. No hay medida, si haces mil kilos, mil kilos nos comeremos. 

O no tantos, ya iremos viendo, depende de cuánta cerveza tenemos.

Caracoles o escargot franceses en Bruselas

Estos clásicos caracoles franceses, en este caso de un restaurante de Bruselas pero con cocina francesa, es la clásica forma de servir los escargot o caracoles, de una especie bien diferente a los que se toman en España, y cocinados de otra forma. 

Ellos tras ayunarlos como en España para que suelten excrementos, los lavan también muy bien y los escaldan en agua que se va calentando poco a poco hasta que esté hirviendo para engañarlos y matarlos. 

Tras esta operación los sacan de las conchas, las quitan las partes finales de las tripas y ponen la carne a cocer en un caldo corto generalmente de pollo o carne suave. 

Una vez ya blanda la carne del caracol, vuelven a poner cada uno de ellos en una concha y les ponen a modo de tapadera un poco de mantequilla salada con ajo y perejil. Y los ponen al horno o a las brasas para que se terminen de unir los sabores del caracol cocido junto a la mantequilla de vaca y el ajo y perejil. 

Un aperitivo, entrante o primer plato, digno de un aplauso, sin duda.

Qué comemos de verdad los españoles?

Ya tenemos en este siglo XXI unos cerdos en España con un 20% menos de grasa que hace unas décadas a costa de alimentarlos de remolacha y aceite de girasol. Puede parecer correcto, pero no siempre es así, pues cambia el producto final, los sabores, y sobre todo sí, admitimos que los alimenten de remolacha, pero no admitimos que les den ciertos medicamentos. Y se los dan.

A la vez nos enteramos que con ovejas e incluso con perros enfermos se fabrican piensos para animales y que en algunos análisis de carnes realizados a las hamburguesas de medio país, se han encontrado trazas de carne de caballo además de un exceso de grasa y partes animales de complicada explicación para no meter miedo.

¿Qué comemos realmente por culpa de los fabricantes de productos manufacturados?

Se respeta los controles sanitarios, que no es poco, pero pasando este filtro, parece que todo vale con tal de ganar dineros de más. 

Puede que no enfermemos (de momento) con estas papillas de laboratorio, pero al menos deberíamos saber qué comemos. 

Tras ver el programa “Pesadilla en la cocina” las ganas de comer en restaurantes ha decrecido pues la limpieza es una constante a la baja. ¿No hay suficientes inspectores en un país con tantas personas en el paro?

En algunos (muy pocos) mercados de España se venden partes de los cerdos y terneras que no es posible encontrar en ningún otro mercadillo o supermercado. Vísceras o partes poco nobles, pero que sirven para alimentarse y han servido de siempre en la gastronomía española. Pero…?

¿A dónde van a parar estos despieces de la inmensa mayoría de animales sacrificados y que no se venden en mercados o supermercados? Efectivamente, al pienso, a caldos, a productos en donde no siempre se explica.

Ciorbă de perişoare o supa de galustre, con almóndigas de sémola


No hay que preocuparse tanto por lo que vemos como por el resultado final. Es una sopa de Rumanía que ellos llaman Ciorbă de perişoare o supa con almóndigas de sémola, también llamada supa de galuste.

Es un caldo de verduras y pollo (puede ser también de ternera) al que se le añaden al final de la cocción unas bolas o pelotas de sémola con huevo que se terminan de cocer en el caldo. Es un añadido que sustituiría a nuestros clásicos fideos o incluso al pan de ciertas sopas.

Si el caldo es sabroso y bien hecho, si las verduras están bien elegidas, el resultado final es muy interesante. Aunque la presentación no lo parezca a simple vista. 

El perejil por cierto no es perejil sino cilantro, pero en pequeña cantidad y cocido ligeramente, lo que logra que no sea tan potente.


Bancos de Alimentos, para alimentar todas las vidas


Desgraciadamente tenemos que hacer constantes campañas de recogida de alimentos, de ayudas en alimentos o en metálico para los Bancos de Alimentos, con los que se ayudan a miles de personas en España.

Este anuncio es de estos días, pero he esperado a realizar la entrada a que se pasaran las fechas. No se trata aquí de hacer publicidad de ningún centro comercial en concreto, sino de hablar de las necesidades de ayuda a las que todos tenemos que colaborar con algo.

Un euros, un simple euro, puede ser mucho para ir construyendo ayudas. Es verdad que muchas veces hablamos de que deberían ser los impuestos los que sufragaran estas necesidades. Pero se nos olvida recordarnos a nosotros mismos que nadie quiere pagar impuestos, mucho menos admitir que suban los impuestos.

Da una ayuda a quien lo necesita no es realmente un impuesto, ni tampoco un diezmo tan arraigado en otras culturas. Es simplemente ser más humanos.

Si en los últimos años se ha optado por pedir dinero en vez de alimentos es por pura lógica. No podemos llenar de ciertos productos los Bancos de Alimentos, y no poder comprar otro tipo de alimentación en frescos por poner un ejemplo. 

Y sobre todo no es posible tener exceso en ciertas fechas como Navidad y en cambio no poder ayudar en verano. Y de momento la única manera sencilla es recurriendo a las ayudas en dinero, aunque se sabe que son menos admitidas por las personas que colaboran.


Juguetes de alimentos para niños pequeños

Los productos relacionados con la comida y la gastronomía no siempre se comen, algunas veces sirven para jugar. 

Y no vamos a realizar bromas cochinas. 

El caso es que los niños y niñas de preescolar también tienen que tener juegos de comidas y de cocinitas, más ahora en que ya se venden juegos de este tipo para todos los niños, es decir han aumentado potencialmente al doble sus posibles clientes. Está bien y es lo lógico.

De la marca Plan Toys realizados en Tailandia pero distribuidos por una empresa sueca tenemos desde productos alimenticios de muy variado tipo a utensilios de cocina. No es la única marca, y no, no me pagan por poner esta entrada que más parece un anuncio que una información.

Todos ellos en madera del árbol del caucho y siendo juegos que se puede dividir por la mitad, como si los niños los cortaran con un cuchillo. 

En su fabricación se tiene muy en cuenta todos los procesos para que resulten lo más ecológicos posibles. Y todos los controles de seguridad para que los niños pequeños no se los coman ni se los traguen.


Mantequillas, margaritas y mantecas. ¿Qué son?

No hay que confundir la mantequilla con la margarina, la primera es de origen animal y la segunda de origen vegetal. La primera se obtiene de la leche, generalmente de vaca batiendo su nata y partes sólidas con la ayuda de bacterias, mientras que la margarina es un producto que se obtiene del batido de agua con aceites vegetales

A veces llamamos manteca a la mantequilla, depende de países, pero en España la manteca es más un producto obtenido de batir agua con grasas animales generalmente cerdo, pero no de leche. 

Algunos problemas o no especificaciones claras, vienen cuando la manteca se mezcla para obtener margarinas o mantequillas.

Las mantecas compuestas son mezclas de mantequilla con otros productos hasta elaborar un nuevo producto que sirve para untar en el pan en aperitivos, desayunos, o para realzar sabores de algunos platos. 

La más conocida y fácil sería la llamada manteca de anchoas, que es la mezcla de 200 gramos de mantequilla y 100 gramos de anchoas en conserva, bien batidos hasta hacer un puré o pasta muy espesa.

Debemos tener cuidado con lo que se compra pues la salud puede resentirse

Ahora hay productos muy conocidos que no quieren poner claramente que son mantequillas ni margarinas, pues son todo y nada. 

Sobre todo si son margarinas con aceites vegetales pero llevan aceite de palma o incluso grasas animales. Se obtienen productos fáciles de conservar, agradables al sabor, conocidos por ser de una marca que puede llevar muchos años en el mercado, pero que no siempre indican qué son, para que el consumidor compre por la marca y no por el producto.

Entendemos que leerse las letras muy pequeñas de las composiciones es un problema pues no es muy pequeña por casualidad, pero debemos desconfiar de aquellos productos que no son capaces de decirnos en letras grandes qué son

Si simplemente nos ponen “sabor a…” es que no son ni lo uno ni lo otro.

Precios en Rumanía. Botellas de licores en hoteles


Cuando viajamos fuera de nuestro país, sobre todo a unas distancias ya altas, uno de los componentes que cambian son el dinero, la moneda y los precios. Y en cambio a veces en otras ocasiones se imaginas unos precios y te encuentras con otros.

Estas botellitas pequeñas de Hotel, de licores, son de Rumanía. Es un país que estando en el año 2024 dentro de la Unión Europea no tiene la moneda única, el euro, pues la propia Europa no les ha permitido entrar por no cumplir determinados condicionantes.

Ellos utilizan su moneda que es el LEU y que equivale a 0,20 euros. Por cada 5 Lei (Leu en singular, Lei en plural, y a veces se ven como RON) te dan un euro. 

Es muy sencilla la conversión. Los 35 Lei son 7 Euros. Una botellita de cava pequeña en una tienda de hotel son 8 euros. De vino son 9 euros.

Los precios en Rumanía son muy similares a España, en por ejemplo un Carrefour o un Lidl, que es un tipo de supermercado que existe mucho allí.

Por cierto, aceptan normalmente el euro para pagar en casi todos los sitios, pero el cambio te lo darán en su propia moneda. No utilizan monedas, aunque existen. De 20 y 50 céntimos de Leu al menos, pero su valor es tan bajo que en las tiendas no te devuelven cambios. Todo está redondeado y si te tienen que devolver céntimos de su moneda, no lo hacen. Los céntimos se llaman Bani.

Hoteles con cafetera de cápsulas como servicio añadido


Cada día es más habitual en los hoteles de 3 estrellas hacia arriba que te acompañen en la habitación con ciertos detalles, que evidentemente pagas con el precio. Y entre los más de agradecer y habituales está que tengas una máquina de café de cápsulas, con un servicio al día para dos personas, y que te acompañan en algunos casos con una infusión y un detalle de leche.

Hay personas que antes de irse a dormir se toman una infusión y tener la opción de poder disponer de agua caliente es un lujo añadido. E incluso en algunos casos, el café de las cinco de la tarde es otra casi necesidad.

Hay que tener cuidado con el agua de estas cafeteras aunque en muchos casos están vacías y te dejan al lado una botellita de agua mineral. Si no es así, hay que vigilar el agua, pues no sabemos los días que puede llevar en la jarra.