Menús de Murcia, lugar de comida buena y distinta

Esta carta es de 2017, ya ha pasado un poco de tiempo pero los precios serán similares. Es de un buen local de Murcia que no visité, asi que tan solo puedo hablar de lo que en ella pone, no sé si los precios son acorde a lo que se ofrece y a su hermosa literatura. Pero los platos prometen. 

Los salazones de Murcia tienen su aquel y merecen ser degustados, sin duda. Un tomate con bonito y tierra de aceitunas tiene buena cara sin verla. Una ensalada de perdiz es un manjar. Un pulpo con alcachofas no lo he probado nunca, no sé si maridan bien. Unas croquetas de atún rojo tienen que estar de miedo.

De los dos menús que ofrecían curiosamente me llama más la atención el barato. Las habitas me encantan en cualquiera de sus variantes, una gambas maceradas con coco y curry tienen que estar de sueño, al igual que los tomates. Se nota que escribo esto en verano. Del menú de 38 euros me gustaría conocer el primer plato, el praliné de muchas cosas. Y sin duda ese pulpo roquero con humus de alcachofas.


Miel española. Una excelente elección

España es una gran zona de miel natural, de miel española no siempre bien valorada pues nos vienen desde fuera otras mieles mucho más baratas pero no tan interesantes ni en valores de sales minerales ni tampoco en sabores y mezclas. pero el mercado manda, lo que nos obliga a tener que defender nuestra propia miel con más ahínco si cabe. Esta tienda es de Murcia, y en ella podemos ver una gran variedad de miel de toda España.

Miel del bosque, no de flores sino del mielato que expulsan árboles como los pinos, abetos, robles o encinas de nuestros bosques y que las abejas saben procesar. Una miel no muy dulce, con ciertos toques a malta, oscura y con muchos minerales en su interior.

Pero también tenemos en España una excelente miel de tomillo blanco, de anís verde, de lavanda, de zarzamora, de azahar de naranjos y limoneros, de romero, de espliego, de mezcla de tomillo y romero. También hay arropes o polen o productos naturales que fabrican par nosotros la propia naturaleza. Podemos comprar la miel que nos apetezca, pero debemos saber si es española o de otro país. Tienen la obligación de ponerlo en las etiquetas. Y a partir de esa decisión, cada uno es libre de elegir. 

Callos con garbanzos, rápidos y fáciles

Vamos a plantearos unos callos con garbanzos super rápidos y muy sencillos de hacer. No asustarte, es para Primero de preescolar de cocina. No es la mejor época para comer un buen plato de cuchara, unos garbanzos con callos, pero nunca se sabe, ahora en casa tenemos un buen aire acondicionado que nos permite excesos si además tenemos un buen vino a mano. Y unos garbanzos con callos es uno de los platos más sencillos de hacer.

Compramos un buen paquete de callos empaquetados, de esos que parecen un ladrillo. Y un frasco de cristal de garbanzos cocidos. No se trata tan solo de mezclarlos, pero casi. Ya dijimos que era un plato muy sencillo y super rápido. La calidad de los callos es fundamental, y para ello y si no lo tenéis claro, mirar el precio que suele ser un indicativo aceptable. Y en caso de dudas que sean castellanos, madrileños o de la zona de León, tiende a señalarnos los callos como más acertados.

En una olla ponemos los callos a calentar suavemente para que se vayan deshaciendo de su gelatina. Los necesitamos casi líquidos y nunca quemados. En cuanto ya estén con la gelatina líquida les añadimos los garbanzos con el propio caldo del frasco. No tengáis miedo, sus conservantes no son malos para la salud. No los permitiríamos.

Media docena de vueltas y le añadimos unos filetes de jamón serrano previamente cortados a tiras o a tacos pequeños. Dejamos todo cocer uno cinco minutos, y probamos de sabor. Normalmente el conjunto está un poco soso y hay que añadir algo de sal y también estará poco picante para mi gusto, por lo que hay que añadir por nuestra parte algo de picante. 

Aquí hay decenas de posibilidades. En este caso prefiero el pimentón picante y ahumado pero también sirve unas gotas de picante de frasco habitual. No le encaja bien una guindilla pues no le vamos a dar tiempo a que suelte el sabor picante. Y a comer bien calientes y con un buen vino tinto.

Crema untable de atún y queso crema

Esta crema untable nos sirve como aperitivo con unas cervecitas o unos vinos de calidad, y aunque nos vemos obligados a tener que hacer una cantidad tal vez excesiva para un vermut, no os preocupéis mucho pues está muy bueno y se acaba enseguida. Es un paté cremoso de queso tipo Philadelphia y atún, al que le vamos a añadir algunos sabores más.

En un bol vamos a mezclar con un tenedor la misma cantidad de queso crema tipo Philadelphia y atún en conserva sin el aceite. Yo prefiero atún o bonito en aceite en vez del de escabeche, pero todo son gustos. Lo mezclamos bien y la añadimos una cucharada sopera de cebolla muy picada, muy pequeña. Unas gotas de limón, una cucharadita tamaño café de salsa de mostaza y una chorradita de aceite de oliva. Lo volvemos a mezclar todo muy bien. Y ya tenemos un untable perfecto para un pan tostado, un pan antiguo, uno de espelta, etc.

Si os queda algo simple le podéis añadir igual cantidad de pepino que de cebolla, pero siempre muy picado. Un golpe de pimienta blanca le encaja bien. Un poco de yogur griego si os queda muy espeso. O un poco de crema de leche si lo prefieres más cremoso y no tan ácido.

L'esmorzaret de Valencia. a las 10 como muy tardar

En esta imagen estamos viendo un típico almuerzo valenciano, o un clásico l'esmorzaret de las 10 de la mañana. Cuidado, no es sólo típico de Valencia, pero no se da en toda España. Los almuerzos son parte de la gastronomía sagrada de los territorios donde se dan y se exigen. No se puede trabajar feliz sin el almuerzo de las 9 o las 10, depende de la hora de comienzo del trabajo. Un almuerzo no debería tomarse en solitario, eso hay que advertirlo, pues no es lo mismo. En Aragón son típicos los bocadillos de tortilla de patata o los huevos fritos con chorizo o longaniza, pero cada tierra tiene sus detalles personales. En este de la imagen vemos que a los dos bocadillos de croquetas o de salchichas y morcilla le acompañan unos cacahuetes, unas aceitunas partidas y una salsa mayonesa.

Los almuerzos se dan en tierras donde la vida con la agricultura o el trabajo duro que se empieza con el sol, era una constante. Y para seguir trabajando duro se necesitaba (se necesita pero ahora para llenar el corazón y el pensamiento) de unas viandas contundentes. Si se podía, claro. En Castilla era más bien el tocino, los torreznos fríos, el chorizo de olla y la bota de vino. Cada zona lo que tenía más a mano, pero siempre parando de trabajar y hablando con las compañías. Eso sí, a ser posible ahora, en estos tiempos modernos, está prohibido tomar CocaCola. Es que se junta con el bocadillo y se estropea el estómago por dentro.

Desayunos y almuerzos para abrir boca mañanera

Por si tenemos dudas a la hora de desayunar os dejo esta imagen de Zaragoza, un bar céntrico donde ofrecen una interesante variedad de posibles desayunos y almuerzos. Y bien de precio. Desde los clásicos café con leche y churros o croissant, con la variante de una pulga o bocadillito pequeño. Unas torrijas o un bizcocho casero, unos huevos fritos con chorizo o longaniza y patatas fritas, unos bocadillos a tu gusto o unos sándwiches de sobrasada, de jamón con tomate o de anchoas con queso o con tortilla de patata. ¿Y los precios? Espléndidos. Cerca del antiguo Mercado Central de Zaragoza, ahora en obras.

Familias de sabores para sorprender al comensal

Vamos a jugar a sabores, a presentar un plato de aperitivos o de entremeses al que llamaremos “sabores” y que no tienen que ser como el de la imagen. No se trata de copiar, sino de innovar con lo que tengamos en casa. Veamos el frigorífico y la despensa y pensemos un momento.

Se trata de presentar en un plato grande y a ser posible guapo y no como el mierda plato de la foto, una serie de productos en muy pequeñas cantidades y porciones, diferentes de sabor pero de la misma familia, acompañados de algunos sabores diferentes de salsas, de paté o de encurtidos, para dar variedad y reforzar la totalidad.

Se puede hacer con ahumados como en el ejemplo, pero también con verduras, con carnes, con salchichas, con embutidos, con pescados, con mariscos y moluscos, con quesos, etc. Para cada familia de productos le encaja unos acompañamientos clave. Por ejemplo a los quesos le va muy bien algunas mermeladas y algo de mostaza o de salsa de rábano picante. A las carnes algunas salsas picantes, unos chimichurris, unas láminas de jengibre, unas láminas de manzana, etc. A los pescados unas patatas asadas con diferentes hierbas y unos encurtidos.

Y a todo tipo de plato, algo de verde, de ensalada o incluso algún chupito de sopas frías que resulten atrevidas y novedosas.

Si a todo sabemos acompañarlo de unas conservas elegidas para darle diferentes texturas, logramos sorprender más. Hay conservas que pueden sorprender al comensal si las colocamos de una forma distinta a la habitual. ¿Has probado un chupito de gazpacho con mejillones picantes añadido en el batido final?

Dos ideas de aperitivos para fin de semana

Esto no son más que ideas de aperitivos en bruto para intentar copiarlas en casa en días de poca imaginación. La selección de carpaccio de pescados tiene buena cara a poco que aprendas a marinarlo unas horas antes de servirlo. 

Recuerda que es aconsejable congelarlo antes unos 4 días para evitar el anisakis. También puedes acudir al carpaccio puro, crudo total y sin macerar, si acaso con unas gotas de lima por encima junto a la sal en el momento de servir. Unas gotas de aceite de oliva le van de maravilla.

Y para los mejillones con ajo y vino blanco, yo recomiendo añadirle también al líquido de la cocción una ramita de apio, como se hace en Bélgica. Se deja hervir el apio troceado con un par de ajos y mitad de vino blanco y la otra mitad de agua más sal y si quieres unos granos de pimienta como unos 10 minutos. Pasado ese tiempo se añaden los mejillones limpios y se dejan cocer unos 5 minutos para que se abran bien todos y se terminen de hacer con el caldo corto y sus sabores.
GuardarGuardar

Ratacía, ratafía o retacía. Bebida histórica del Mediterráneo

En el encuentro de Pedro Sánchez y Quim Torra, este le regaló al Presidente del Gobierno una botella de ratacía o retacía. Una reunión muy importante que se completó con una botella de un licor del este español, no solo catalán pues en Aragón es también muy conocida, como se conoce en toda la zona de la Corona de Aragón desde el sur de Francia a Italia, aunque es cierto que en Cataluña la cuidan mucho más que en otras zonas mediterráneas y del que vamos hablar un poco. 

Es un licor de final de reunión, de firmar acuerdos, y su nombre viene del latín “Así sea, trato hecho” o “Rata fiat”.

La retacía es un licor familiar como ya decía Teodoro Bardají, un licor de amigos y de familias para fiestas y reuniones. Un licor de hogar que se hace (mejor sería decir se hacía, pues cada vez menos es una bebida conocida aunque todavía perdura) mezclando un licor aguardiente con algo de frutas, flores, especias y de vinos dulces o rancios, en el mes de junio para tomarlo en las fiestas de septiembre o en el invierno. Un componente principal son las nueces verdes que le dan ese toque de sabor amargo.

Se suele emplear frutas del tiempo de verano como algo de melocotones, cerezas o guindas o incluso uvas, que se ponen en maceración con vino dulce o rancio, azúcar, flores de claveles rojos o flores de rosal si se tienen, nuez moscada, nueces verdes aplastadas y que se recogen en junio que es el momento perfecto para su sabor frutal, mas una ramita de canela y algunas hojas de menta y algo de tomillo o romero.

Esta mezcla de frutas, especias y vino se deja un par de semanas como poco en maceración al sol (se solía poner en botellas tumbadas en el tejado entre teja y teja o en garrafas de cristal y se dejaba en muchos casos un mes) para que la fruta saque todo su jugo y sabores. Y en el momento de hacer finalmente la ratafía se mezcla el zumo filtrado con anís o aguardiente sin anisar, bien a partes iguales o bien con el doble de zumo que de anís, aguardiente o incluso brandy. Esta mezcla final y ya embotellada se deja reposar al menos una semana hasta probarlo, para que se termine de mezclar bien todos los aromas y sabores, y la fermentación cerrada de los ingredientes.

La mezcla depende de cada familia o de cada artista masculino, pues es una bebida que en algunas zonas solían hacer siempre los hombres de la casa para las fiestas. Hay familias que añaden al zumo a la hora de ponerlo a macerar algunas lascas de cáscara de limón, algo de café en grano o incluso mezclan el vino moscatel o dulce o rancio con vino blanco. 

Gran parte del éxito de la ratafía depende de la calidad de los productos, sean los licores, frutas o el vino de base, por lo que no se emplean licores de batalla, sino aguardientes de calidad.

El final es un licor dulce, potente, sabroso y que sin duda sirve para firmar verbalmente acuerdos con el gusto de compartir una bebida familiar casi histórica por sus siglos entre las gentes del Mediterráneo. Yo la prefiero a temperatura ambiente, aunque en los últimos tiempos se toma también como bebida larga con unos hielos.

Sopa de pescado con jamón. Sopa del cuarto de hora

La histórica y muy conocida sopa del cuarto de hora es una clásica sopa de pescado con jamón, que con alguna variables se conoce en gran parte de la gastronomía española. No es una sopa que cueste hacerla 15 minutos, aunque sí es una sopa fácil. Veamos sus pasos más habituales, pues tiene variables. Es casi como una sopa de pescado, pero con el sabor añadido del jamón.

En una olla picamos medio puerro, algo de cebolla y un diente de ajo y ponemos a rehogar con un poco de aceite. Cuando esté pochado y con algo de color añadimos un pequeño tomate bien rojo y partido a trozos, dos cucharadas soperas de vino blanco, un litro de agua y un par de cabezas de pescado, para realizar un caldo de pescado. Si vamos a emplear luego gambas o langostinos, debemos pelarlos y en el sofrito y al principio añadir las cáscaras y las cabezas para que den sabor.

Esto lo dejamos unos 15 minutos cociendo, con un golpe pequeño de azafrán o similar y otro golpe de pimienta blanca.

Cortamos unos tacos de jamón en un tamaño pequeño y a ese mismo tamaño o algo mayor una cola de rape o una de merluza o de algún pescado blanco similar. En una olla aparte pondremos para que se abran con muy poco agua media docena de mejillones y otra media docena de almejas. El caldo de esta cocción muy corta, lo añadiremos al caldo primero de pescado.

Hecho el caldo de pescado, lo colamos bien sobre otra olla, le añadimos los taquitos de jamón y lo ponemos a cocer. Cuando rompa el caldo el hervor le añadimos una cucharada sopera rasa de arroz por comensal y dejamos 10 minutos cocer. Es una clásica sopa de pescado con algunos cambios.

Transcurrido ese tiempo, rectificamos de sal, pues tiene que quedar un caldo sabroso, y le vamos añadiendo el pescado a tacos, las gambas o langostinos, los mejillones y las almejas en este orden. Y dejamos cocer todo unos 5 minutos más.

En algunos lugares le ponen a la hora de servir unos tostones de pan frito. O incluso un huevo batido en el último segundo para que medio cuaje con la sopa. También en la última cocción se le pueden añadir antes del pescado unos pocos guisantes e incluso un poco de pimentón ahumado si no tenemo azafrán.

Platos típicos de Ibiza y su gastronomía

Una buena manera de saber qué se come en las zonas que visitamos es ver qué se vende en comida preparada en las ciudades donde haya servicios en los barrios. No tienen que ser locales dedicados a los turistas, pues allí los platos ya están contaminados por las ofertas del “para todo el mundo”, así que hay que filtrarlos. Esta tienda que vemos arriba está en Ibiza, y podemos acercarnos para ver qué platos ellos consideran de la zona y que los preparan para sus vecinos. De esta forma podemos saber qué se considera fácil y gastronomía de la zona.

Ensalada payesa con patatas atún y aceitunas

Escalivada

Tomates rellenos

Espinacas con piñones y pasas

Paellas de pescado

Calderetas de calamares

Fritada de pulpo

Guisado de pescado

Sofrito payés

Arroz de matanza

Asaduras de cordero

Graixonera (postre)

Macarrones de San Juan (postre)

Carrefour y sus sobres gourmet de cereales

Supermercados Carrefour vende en Francia estas cajas que ellos llaman “Nuestras mezclas gourmet” donde en unas bolsas mezclan trigo, soja, lentejas pequeñas y quinoa roja, para realizar sobre todo ensaladas con estos ingredientes, pero también para emplear como guarnición de una carne o pescado si las sofreímos en un poco de aceite o mantequilla.

Son cereales ya precocinados, con los que tan solo en 10 minutos de cocción en tu hogar son suficientes para tener el plato terminado. La caja viene con dos sobres para cuatro raciones cada una, y hay al menos tres tipos diferentes de mezclas de cereales. De momento no se vende en España, lo cual es una lástima pues resultan muy útiles para una comida rápida.

Sopa fría de melón. Gazpacho de melón y queso de untar

Lo llamamos crema o sopa fría de melón, algunos son incluso capaces de llamarlo gazpacho de melón, y en realidad es una sopa fría de melón y queso fresco de untar. Es un plato de verano, muy interesante y sobre todo muy fácil de realizar en casa pues lleva poco trabajo e ingredientes que tenemos en casa.

En una batidora americana ponemos unos 350 gramos de melón sin piel ni pepitas cortados en trozos. le añadimos a la batidora un ajo pelado o si eres un enamorado del sabor a ajo puedes ponerle dos, medio pepino pelado o dejando un poco de piel, y unos 100 gramos de queso blanco fresco de untar. Sal, un golpe de pimienta, cucharada y media sopera de un buen aceite de oliva, unas gotas de vinagre suave tipo de manzana y cuatro hojas de menta o de albahaca.

Todo se tritura muy bien en la batidora y se reserva en la nevera hasta servir. A la hora del servicio se pone una hojita de menta o albahaca y unas gotas del mismo aceite que hemos empleado en la mezcla. Servir frío de la nevera.

No lleva tomate, tampoco pan ni pimiento. Por eso llamarlo gazpacho de melón o gazpacho blanco es a mi modo de entender, algo incorrecto. 

Cocinar ranas vivas o congeladas. Ancas de rana, cómo cocinarlas

Las ranas se venden para comer, sin duda. Y sí, también se venden vivas en los mercados orientales de New York entre 6 y 10 dólares la libra (por poner un ejemplo), a entre 11 y 18 euros el kilo según tamaño. Un precio alto si se tiene en cuenta que se aprovecha poco del total de la rana. O al menos en la cocina europea se utilizan solo las ancas, ess decir las patas y la zona del final del cuerpo.

Una vez limpias las patas (se venden también las ancas congeladas si te produce asco matarlas y limpiarlas, y son más baratas) yo personalmente la paso por harina, les añado un poco de sal y un golpe de pimienta blanca y las frío en aceite bien caliente. 


Las ancas no tienen mucho sabor, aunque su carne es tersa y se asemeja a la pechuga de pollo

También se comen con una salsa cremosa por encima o una salsa agridulce picante. 

Si las compras congeladas puedes ver que se parecen a una rana muy poco, por lo que te las puedes comer pensando que estás comiendo cualquier otro producto. Es un consuelo muy simple, pero puede funcionar antes de comprarlas vivas y matarlas de un golpe seco contra un objeto plano y duro.

Ensalada de judías secas tres colores. Negras, rojas y blancas

Las ensaladas son para el verano y para el invierno. Y las ensaladas de legumbre son platos únicos para comidas de campo, de día de playa o de excursión. O para comidas frescas y de pocas calorías.

Esta ensalada utiliza judías secas de tres colores, se ha realizado con judías secas tipo frijoles negros, con judías rojas y con judías blanca. Hay que cocerlas al menos en dos ollas diferentes, para que las blancas no cambien de color.

Toda la noche en remojo nos llevan a ponerlas a cocer en agua fría en fuego no muy fuerte, con una hoja de laurel y un poco de sal durante aproximadamente una hora. Deben quedar algo más duras que si fueran para un guiso de legumbres. Se dejan enfriar en el mismo caldo de cocción.

A partir de ese punto, se prepara en un bol un picadillo de las verduras que tengas por casa. Maíz, pimientos de colores, algo de tomate sin piel, cebolla mejor roja, zanahoria rallada, brotes de soja, guisantes cocidos, etc. Y un toque de pepinillos o similares para darle algún golpe ácido al plato.

Se rectifica de sal, y se le añade una vinagreta a tu gusto. Encaja muy bien una salsa que contenga algo ácido como mostaza o yogurt. Pero una buena vinagreta de Jerez también le va bien. 


Con cerveza fresca se complementa una comida de plato único para días de campo.

Quesos de Holanda, picantes y de colores

En Holanda la fabricación del queso es un arte, como sucede en Suiza y Francia o incluso en Bélgica. Numerosísimos quesos diferentes de sabor, de textura, de mezclas, para todos los paladares. Esos dos quesos son de Holanda, ambos picantes. El más rojo con más pimentón picante en su composición y el otro con mezcla de queso normal, más algo de queso de pesto y queso con pimentón, poco mezclados los tres en fabricación para formar esa sensación de mármol. Ambos quesos de leche de vaca y no muy caros de precio. Personalmente me quedo con el rojo, pues el picante con ligeros toques ahumados encaja perfectamente con el queso, junto a unos buenos vinos tintos de reserva o incluso algo dulces.

En Holanda el queso se toma de muy diversas formas, acompañado de algunos componentes que le ofrecen sabores curiosos. Es normal que encima de un pequeño trozo de queso te pongan una gota de mostaza, o de miel, o de mermelada de grosellas. O incluso que la lámina de queso se ponga encima de una rodaja de tomate y todo se meta al horno unos segundos para que el queso se funda.

Salmón ahumado con cebolla caramelizada

Insistimos en la presentación de los platos en la mesa, pues es una buena forma de servir poca cantidad de comida y que el comensal se quede satisfecho. Excepto que sea una persona muy comilona y esto le parezca una tontería moderna. Una cosa es alimentarse y otra degustar platos, sabores, presentaciones, productos. Con un bocadillo uno se alimenta. Con este tipo de platos uno disfruta comiendo mientras ve colores y formas. Son dos conceptos diferentes. Y es importante entender esto para que nadie se siente engañado.

Aquí tenemos sobre una rodaja de limón un filete de salmón ahumado. Pero está acompañado de dos montoncitos de cebolla roja caramelizada y por ello dulce, unas gotas de mostaza verde, unas líneas de melaza o de miel de caña y unos ligeros toques de huevas de arenque, más para dar un toque negro que para degustarlas.

Este plato no es un plato contundente, forma parte de una degustación de cinco platos más postre
. Un aperitivo de entrada para tomar un buen vino blanco. El placer está en degustar lentamente lo que se nos pone en este tipo de platos, diferenciando sabores, adivinando qué es cada cosa, si en algunas tenemos dudas. Mezclando pequeñas porciones del producto principal con sus acompañantes para buscar sabores diferentes.

Efectivamente, no es alimentarse, es un juego de sentidos. Se hace con productos que se comen, pero no es para aplacar el hambre. ¿Alguien acude a un restaurante de 50 ó 60 euros el menú a quitarse el hambre?

Precio de hierba y cannabis en Coffe Shop de Amsterdam

Muchos de nosotros no sabemos qué precio tiene la marihuana en los lugares donde está permitido su consumo. Os voy a dejar la carta de precios de un pequeño Coffeeshop del centro de Amsterdam. Se puede entrar a tomar un café con leche, una cerveza o cualquiera de los productos que ellos indican en su carta de precios. No es publicidad pues he borrado el nombre, es simplemente información.


Hay diversos tipos de hierba, alguna de ella según nos adviertes es casera, que ha crecido al aire libre y no bajo luz artificial, otras son muy fuertes, las hay de mezcla, etc. No se puede comprar más de 5 gramos y los precios están en la hoja. Cuidado pues cada una de ellas es distinta en sus efectos y más o menos fuerte. Si tienen duda pregunta. Allí mismo te asesorarán. Y recuerda que además de fumar puedes vaporizar o incluso comer productos que contienen cannabis.

Un café con leche o una CocaCola son 2,5 euros. Por si a alguien le interesa saberlo. Y compra solo aquello que te vayan a tomar en esta ciudad. En la frontera te podrías encontrar con problemas si te quieres llevar a casa cannabis, pues en cada país las normas y las leyes son diferentes.

Bonito risotto de verduras con crema de zanahoria

A veces lo más simple, bien puesto sobre el plato, resulta mucho más agradable que un plato contundente. No siempre se trata de alimentarte, sino también de disfrutar de la comida como una sensación donde se junta el olfato y la vista además del gusto. 

Tenemos que aprender a emplatar. 

Esta imagen nos muestra un simple "golpe" de risotto de verduras, meloso, con unas manchas de crema de zanahoria en la base y unas hojas de canónigos encima de todo. Color, contraste, y de esta forma entra por los ojos antes de ser degustado.

Sin duda no es un plato contundente, tiene que formar parte de un menú degustación de al menos cuatro platos, pero es una manera muy eficaz de que el comensal disfrute más de la gastronomía