La gastronomía profesional cada vez es más artística


Los "nuevos" platos tienen que entrar por los ojos y por eso la nueva gastronomía premia las presentaciones que no sean sencillas, aquellas que NO se pueden hacer en casa con facilidad, para demostrar que la restauración es varios peldaños superior a la comida familiar. Es el camino lógico para defender un oficio que además de cuidar el producto y de presentar recetas originales, debe trabajar muy bien las presentaciones de esos mismos platos ya terminados.

Aquí vemos un postre de un menú de boda del Restaurante Gayarre de Zaragoza, un conjunto de sabores, formas y colores. Tan importante es lo que contienen como qué contiene, de qué manera se presenta, qué juego de colores y de formas se logran con el plato. Cada vez más la gastronomía profesional es un trabajo artesano cuando no a veces un trabajo artístico donde se conjugan las mismas variables que en una obra pictórica. Si se quiere cobrar hay que saber vender por las miradas.