Mazapanes de caricaturas en Madrid


Pequeñas figuritas de mazapán de las pastelerías del centro de Madrid. Pequeños lujos de capricho para saborear un mazapán exquisito, pero al que hace daño morder pues supone destrozar la carita cándida de los muñecos. 

Posiblemente mazapanes solo para regalar y casi para guardar. Comprar uno solo es casi imposible pues te condenas a no querer comértelo nunca. Varios mazapanes ya suponen caer en la tentación.

Tapa de salmón ahumado con caviar, queso y wakame


Las clásicas tapas de la cocina española tienen que entrar por los ojos. Sin duda son en (casi) todos los casos, miniaturas de la cocina rápida que se toman por capricho y no para alimentarnos. Es un lujo visual.

Esta tapa de salmón ahumado de la imagen se compone de una rebanada fina de pan ligeramente tostado sobre el que han puesto un poco de guacamole, para poner por encima un filetito de salmón ahumado.

Por encima hemos añadido un toque de crema de queso que puede ser uno comercial, un golpe de caviar simulado y unas poquitas hierbas wakame para darle color. 

Sencillo, rápido, con ingredientes fáciles de encontrar en nuestras tiendas y muy sabroso y elegante.

Gastronomía de Siria, interesante si la cuidan un poco más


La comida de los países del Norte de África, la gastronomía de Siria trasladada a Europa, es mucho más que panes de pita en plano o enrollados, con rellenos de quesos o de carnes picadas con diversas salsas fuertes. Y en los casos que se alejan a la muy interesante comida marroquí, a veces pecan de una falta de originalidad en sus sabores. Por eso hay que dejarse aconsejar para que la prueba de sus cocinas sea lo más variada posible.

Deberían trabajar algo más los diferentes hummus, trabajar mejor que es muy sencillo las ensaladas variadas y las verduras además de las berenjenas, en algunos restaurantes sirios sobre todo. 

Deben intentar tener quesos propios del Norte de África y no trabajar con quesos europeos que se parecen en sabor a los que todos conocemos. 

Es cierto que los postre, los pastelitos, son maravillosos, como lo son sus bebidas calientes y sus té. 

Pero deben ofrecer más variedad de opciones si desean que sus clientes vuelvan a sus restaurantes. Hay que trabajar mejor las tapas propias y ofrecerlas, que las tienen, acercándose si es necesario algo más a la cocina turca. 

Es cierto que la delicadísima situación de Siria en todos los ámbitos de supervivencia es dramática. Eso hace que tengan que escapar literalmente de su país y que intenten ganarse la vida en sus ciudades de acogida. 

Y puedo asegurar que si saben trabajar mejor su propia gastronomía, pueden lograr en ese campo un hueco importante en España, en algunos países de Europa. Simplemente se trata de cuidar algo más sus platos, sus opciones de dar a conocer su interesante cocina siria.


Caracoles con tomate picante. Opiniones


Hoy es casi imposible conseguir hogares en donde se hagan unos buenos caracoles como antaño pues no es una receta sencilla. Y las pocas personas que lo hacen/hacemos en casa tienen una edad tal vez un poco alta. 

No es un plato cómodo, sencillo ni rápido. Y además todo está puesto en su contra. O terminamos comiendo caracoles en un bar o restaurante que sepan cuidar el producto, o no lograremos los mismos sabores que antaño.

Hoy ya no está permitido coger caracoles por los ribazos del campo, caracoles que viven de forma silvestre. Se sigue haciendo… pero te pueden pillar y multar. Tremenda curiosidad. 

Dicen que para seguridad de que no coges caracoles con pesticidas del campo, de los campos, y que no te los comes sin saber bien qué está metiendo en tu cuerpo. Bien, pero jopetas.

El caso es que solo puedes comprar caracoles de granjas, de criadero. Y sí, están muy correctos, son grandes y todos del mismo tamaño, están todos vivos, pero vienen excesivamente purgados, con menos sabor del que deberían tener los caracoles.

Los caracoles silvestres son ya por ellos mismos, un producto con poco sabor. Pero ese sabor a campo, a hierbas silvestres, siendo suave, es suficiente y se está perdiendo. 

Los caracoles que se compran ahora no tienen casi sabor. Y eso los convierte en "poca cosa, poca chicha para un buen plato viejuno".

Una de las pocas cosas que debemos hacer con estos caracoles de granja y antes de cocinarlos, es lavarlos poco, menos que antes cuando eran silvestres. Sin duda hacerlos al poco tiempo de comprarlos y no como antes que se dejaban unos días en casa y sin cocinar, para que se purgaran ellos solos. 

Y tener en cuenta su sabor original, para añadirle al plato y en la cocción final hierbas aromáticas tipo romero o tomillo, y más jamón en taquitos que antes. Hay que reforzar el sabor y no hay otra. 

Bueno sí, cogerlos del campo como antes, mientras vigilas que no te vean, y dejarlos purgar en casa unos días.


Técnica para hacer té árabe, marroquí


Hacer un té árabe, tipo marroquí o del Norte de África, no es tan sencillo como añadir una bolsita de té verde a un vaso con agua a punto de hervir y esperar unos minutos tras ponerle encima unas hojas de hierbabuena y azúcar. El proceso es algo más complejo de aprender, pero una vez realizado y aprendido, es sumamente sencillo.

Podemos utilizar té chino del tipo Gunpowder que son como bolitas secas de hojas de té que e encuentran enrolladas. Pondremos una cucharada de té o dos de café en una tetera y le añadimos un vasito muy pequeño de aguar hirviendo. Este líquido tras estar un minuto con las bolitas u hojas secas de té, y darle varias vueltas a todo para que "se laven" las hojas, lo escurrimos y conservamos el líquido.

Este líquido lo podremos utilizar (o no) si queremos que el té está algo más fuerte de sabor. Todo o una parte. El té árabe no es muy fuerte y en cambio es muy dulce.

A partir de este primer paso, añadimos azúcar a las hojas de té ya sin agua, y según lo azucarado que te atrevas entre 2 y 6 cucharadas soperas de azúcar. El té marroquí es mucho más dulce que por ejemplo el té sirio.

A la tetera (que es mejor que se pueda poner al fuego) se le añade entre 400 y 500 ml de agua a punto de hervir y unas hojas frescas de hierbabuena, o se pone toda ella al fuego sin llegar a hervir unos dos minutos. Lo dejamos reposar unos 3 minutos.

A partir de este momento hay que airear la bebida, hay que ir sacando de la tetera unos vasitos del líquido y volverlos a introducir a la tetera. Se trata en este ejercicio de oxigenar el té y mezclarlo bien todo. Se consigue más aroma y que las hojas se queden en el fondo. 

Este ejercicio con la bebida es fundamental e incluso es bueno hacerlo desde cierta altura, para que como sucede con la sidra, la bebida coja aire.

¿Qué tipo de cocina existía hace tres millones de años?


Sabemos fácilmente qué comían los romanos o los griegos; saber qué se servían en aquellos salones o qué se vendía en las tiendas de hace pocos miles de años es relativamente sencillo. Se sabe de una alimentación en donde se mezclaban semillas, pescados, bebidas, diversos tipos de carne, salsas, panes, etc. 

Pero poco a poco vamos hacia atrás y ahora ya empezamos a tener datos de antepasados de hace tres millones de años, antes de tener fuego. Una alimentación en crudo. O casi.

Se han reconocido marcas de los primitivos homínidos en huesos de animales que se depositaban o se tiraban en ciertas zonas de los posibles lugares en donde se habitaba. Y por ello y con las herramientas de piedra que se han encontrado a su lado, se sabe que comían antílopes e incluso elefantes o hipopótamos. 

Se cortaban las piezas de los animales que interesaban para su alimentación, incluso se abría el interior de los huesos para extraer el tuétano, y también se ha detectado que con cierto tipo de carnes, estas se cortaban con piedras bifaces a modo de cuchillos o hachas pequeñas, de forma muy pequeña, casi carne picada, o se machacaba, hasta formar una especie de tartar que previsiblemente se mezclaba con algunas raíces. 

Algunas de estas carnes solo se podían comer si previamente se trituraban con las piedras o se cortaban en trozos pequeños, por la propia dentadura de aquellos ancestros nuestros, que no era capaz de cortar aquellas carnes pues se desgastaban las piezas dentales con facilidad ante carnes siempre duras. 

Así que se tenía que recurrir a técnicas de corte y preparación de las carnes menos duras, para poder ser luego masticadas y sin que la dentadura sufriera mucho. 

Era la primera manera de cocinar sin fuego, a base de machacar carnes y mezclarlas con elementos vegetales que le dieran sabor u otras texturas. Y posiblemente para prepararlas y dejarlas secar, o para mezclarlas entre productos vegetales que las pudieran conservar, algo que todavía no se ha detectado.

Estos primitivos antecesores nuestros eran más parecidos a los actuales chimpancés, de menos de 140 centímetros de altura, cerebro pequeño, pero que ya tenían unas manos capaces de utilizar herramientas y un pulgar en oposición lo que les facilitaba presionar y hacer fuerza con esas herramientas sobre materiales diversos.



Remedios naturales para contusiones y panadizos

En el año 1930, en un libro de cocina francesa, nos daban remedios sencillos y naturales para algunas enfermedades sencillas o trastornos habituales y que podíamos tratar con productos naturales.

Para los panadizos (un absceso en las puntas de los dedos con hinchazón y dolor fuerte) decían que se curaban tapando el dedo con una cataplasma y haciendo una incisión en la herida tan pronto como fuera posible. Que nunca hay que dejar que el panadizo madurara. Y que esa cataplasma se hacía mezclando flor de lis en abundancia empapada en una mezcla, a mitad de alcohol y de aceite. Y que esas flores bien empapadas, aplicadas en las malas heridas las curan muy rápidamente.

Para las contusiones decían de sumergir un trozo de papel de estraza (papel de envolver, marrón, del grueso) en vinagre de vino, y que se debía poner en la zona del golpe para dejarla bien húmeda. que la piel perdería color y que eso no nos debía preocupar, pero que la hinchazón desaparecería.

Estos consejos hay que entenderlos en el contexto de unos años en los que la Sanidad no funcionaba como ahora, y sin restar valor a sus consejos, hoy es más seguro acudir a una farmacia y comentar el problema.

El famoso "cokagne" de Tom Hanks


Muchos conocemos que el famoso actor americano Tom Hanks padece Diabetes Tipo 2 de forma importante, producto según él mismo cuanta de una alimentación desordenada durante excesivos años y que su enfermedad ya crónica se le ha detectado tarde, lo que le ha impedido controlarse.

Así que desde hace un buen tiempo controla mucho más toda su alimentación, lo que le produce un problema a veces de ansiedad, de esos deseos reprimidos que todos tenemos por no poder tomar lo que nos apetece.

Contaba hace un tiempo una de sus bebidas preferidas, y llegó a tanto su idea que poco a poco se ha ido poniendo de moda en los EEUU.

Él toma CocaCola sin azúcar, pues a veces necesita la cafeína para mantenerse despierto en reuniones o fiestas a las que tiene que acudir por compromiso. Y encontró una manera de sociabilizar sin excesos de alcohol.

A una copa de CocaCola Light le añade champán. La mezcla es básica. Dos tercios de CocaCola con hielo y sobre la bebida un tercio de champán o en nuestro caso cava. Y el propio Tom Hanks ha bautizado esta bebida como "cokagne". Un pequeño truco para contentarse con él mismo, si no se abusa.

Bizcocho casero y natural, de limón o naranja


La ventaja de cualquier bizcocho o repostería que tú haga en tu casa es que puedes controlar las cantidades, incluida el azúcar y eso es importante, y todos los ingredientes serán naturales, que es fundamental para cuidar tu salud.

Un yogurt natural, dos o tres huevos, tres cantidades de harina como el vasito de yogurt, una de azúcar o menos si quieres que lleve menos azúcar por la salud, otro vasito de aceite de girasol o mezcla de girasol y oliva, y tus añadidos.

Frutos secos, una cucharada sopera de cacao, el zumo de medio limón o naranja con su cáscara rallada, una cucharada sopera de café tipo Nescafé, una una chorrada de anís o de brandy o de whisky, coco rallado, dos cucharadas soperas de una mermelada a tu gusto, etc. Mezclar bien, esperar entre 5 y 10 minutos, y a calentar el horno.

Y eso sí, un sobre de levadura para bizcochos y si lo quieres un poco más subido ponle dos. Horno bien caliente durante unos 10 minutos, y a 180 grados unos 45 minutos para dejar otros 10 minutos más, tras apagarlo. Prohibido abrir la puerta en el proceso.

El de la imagen lleva mermelada de limón hecha con trozos de cáscara incluida, zumo de media naranja y con nueces por encima.

Pero ahora hay ya maquinas panificadoras de hogar para hacer pan o bizcochos que te simplifican todo el proceso una barbaridad. Depende del uso que desees hacer. Rentan a partir de un par de uso al mes, comprar esas máquinas para menos usos, es una tontería. Creo.