Dos bizcochos para quedar bien y una tartaleta de sandía


La cocina española, nuestra gastronomía de familia, es también espacio para los bizcochos, para los postres fáciles si los sabemos preparar con un poquito de gusto y técnica. 

Y tenemos ejemplos maravillosos de repostería y de pastelería en España, en casi todos los territorios. Podemos comprar los bizcochos, la repostería típica o la pastelería, o podemos hacerlos en casa. 

Mi consejo es que si compramos pasteles en una pastelería de calidad, no compremos uno por comensal, sino que pensemos en cortarlos en tres o cuatro piezas pequeñas, para servir en un platito una degustación de pastelitos. ¿Cuantos trozos quieres poner por plato?

En este ejemplo podemos ver un bizcocho de chocolate y trufa, uno de frutos rojos y un ligero toque de jengibre y una tartaleta de sandía ligeramente caramelizada con pasas y el añadido de un toque muy suave de mermelada de naranja amarga. 

El comensal si se le presenta una degustación de postres pequeños, con si quieres algo más un par de bombones de licor y un chupito o copita de moscatel o de vino rancio dulce o un oloroso,  va a disfrutar mucho más que si le entregamos un pastel tocho, ladrillo, grande, que agradecerá una vez con los dos primeros bocados y luego le resultará repetitivo.


Manitas de cerdo con alubias blancas

A veces no hablo tanto de recetas puras, pues de eso hay cientos de espacios en internet, como de presentaciones o de platos que me resultan curiosos o poco habituales. En este caso os voy a comentar algo de una presentación que no es común y que no gustará a todos los comensales, pero que a quien guste, le agradará hasta casi convertirse en un vicio.

Hablo de manitas de cerdo, guisadas con una salsa casi tipo española, o una salsa hecha con un refrito suave y duraderos con tomate y pimiento si queremos simplificar, una salsa que tiene que ser picante, y sobre la que dejaremos las patitas de cerdo o las manitas de cerdo —pues hay clientes que quieres especificar la diferencia— que ya habremos cocido antes. 

En esta salsa deberán estar entre 15 a 30 minutos. Podemos también añadirle unas rodajas de chorizo o incluso chorizo desmigado y refrito con la salsa anterior.

Pero antes, a las patitas de cerdo las habremos puesto a cocer al menos dos horas y muy bien limpias, con especias al gusto tipo laurel, enebro, pimientas, tomillo, romero, cebolla, ajos, etc. No hay una forma única de ponerlas a cocer y que cojan algo de sabor base.

Bien, cocidas, y puestas luego otro tiempo a que cojan sabor con la salsa final. Pero el truco viene al final. Hay personas que le añaden un frasco de alubias cocidas en conserva, para que los últimos 10 a 15 minutos del tiempo de cocción con la salsa, lo hagan todo junto, las manitas de cerdo y las alubias blancas o rojas, para terminar el plato de forma contundente y maravillosa.

No es lo mismo alubias con manitas de cerdo que manitas de cerdo con alubias. Depende de quien manda en el plato por cantidad. Es inevitable acompañar el plato de unas guindillas o de unas piparras que no piquen, algo de vinagreta para compensar la grasa del plato.

Y sin duda un buen pan y un buen vino tinto. 


Lentejas rápidas guisadas con arroz, en 15 minutos

Este plato de lentejas con arroz que planteo es muy sencillo y muy rápido. Esta receta de lentejas guisadas, se puede realizar en no más de unos 15/20 minutos y lo tenemos ya listo para tomar.

Ponemos en una sartén con un poco de aceite de oliva virgen extra, un cuarto de cebolla pequeña finamente picada o algo de puerro o un diente pequeño de ajo, según gustos (por cada dos personas).

Cuando esté pochada la verdura, añadimos un vaso pequeño de agua, un trozo de chorizo no muy seco o morcilla de carne (del Sur de España) por persona y un puñadito de arroz por comensal. 

Un poquito de sal y al final de la cocción probaremos por ver si hay que añadirle más sal.

Va bien añadir también algo de pimentón o un poco de carne de pimiento choricero que venden en frascos de cristal, o incluso poner también una hojita de laurel.

Dejamos cocer unos 10 minutos para que el arroz se medio cocine (cuidar de que no quede sin agua todo) y pasado ese tiempo abrimos un frasco de cristal de lentejas cocidas tipo pardina (pequeña) u otro tipo de lentejas a gusto, por cada dos personas.

Añadimos las lentejas al guiso anterior (sin quitar el caldo de la conserva) y lo dejamos al fuego unos 5 minutos más, para que se mezclen los sabores. Rectificar si fuera necesario de sal, posiblemente no pero depende de la conserva de lentejas.

Y a servir. Es imposible hacer un plato de legumbre más rápido y más sencillo. Y recordemos que todas las legumbres son salud barata.

Dos ensaladas de la Corona de Aragón


Son dos ensaladas casi históricas de la Corona de Aragón, muy similares en la formas, en los colores, pero diferentes en sus sabores y en sus ingredientes aunque ambas beban de los mismos conceptos. 

La historia en la cocina es también un elemento cultural que unifica, acerca a los pueblos.

A la izquierda y enviado por Luis Iribarren una ensalada belchitana de cebolla dulce y olivas de empeltre arrugadas, con pétalos de falsa rosa y unas láminas de fresas, aceite negral de Alquézar con gusto a alcachofa y paté de oliva arbequina de Bolea

Típicamente una ensalada aragonesa para entrar por los ojos antes de ser tomada con un tinto Somontano.

A la derecha una ensalada valenciana y aragonesa, la clásica esgarraet de bacalao desmigado tras ser desalado utilizando las zonas más económicas del pescado, mezclado con pimientos rojos asados y olivas negras del Bajo Aragón, rociado todo con un par de ajos en láminas y ligeramente fritos en aceite de oliva aragonés de variedad empeltre para que resulte una ensalada templada. 

La gastronomía une historias viejas, junta a familias alrededor de la mesa, une los diálogos entre personas en estos tiempos tan poco dados a hablarnos mirándonos a los ojos.