Langostinos en carpaccio, ostras y guisantes crudos


Hay que entender el concepto doble de la restauración actual. por una parte están los restaurantes que sirven comidas para alimentarnos, y por otra parte están los locales o espacios gastronómicos que sirven sensaciones gustativas con todos su acompañantes. No son los mismos locales como no es lo mismo el teatro que el cine, el mar que un pantano. Todo se puede elegir según momentos, necesidades, deseos, pero se debe saber que son distintas cosas.

Existe un modelo intermedio y que es el que más complica el asunto. Los restaurantes que sin salirse en exceso de su modelo clásico quieren (y pueden) ofrecer platos diferentes, sabores y colores, formas y decoraciones, pero sin llegar a la sorpresa impulsiva e importante. 

Este tercer modelo intermedio juega con productos de alta calidad, que se salen algo de la normalidad y trabajados en una cocina que empieza si no a experimentar si al menos a plantear mezclas de sabores, presentaciones diferentes, etc.

Nosotros en casa debemos aprender a trabajar esta segunda opción, la de comida "posible" para la familia o los amigos, pero que sea algo "distinta" a la habitual. Y muchas veces puede ser productos muy normales pero servidos de otra manera.

Si en un plato poner una docena de guisantes pequeños y crudos, junto a unas ostras limpias con unas gotas de lima, estarás presentando algo no habitual. Sobre todo los guisantes crudos. Son dos productos sin cocinar pero de alguna manera conocidos. Bien decorados con un vino bien elegido es algo muy sencillo y que ofrece algo más que alimentarse.

Si coges unas gambas frescas o no, unos langostinos incluso baratos, y los pelas y los aplanas poniéndolos sobre papel film que luego tapas otra vez con el mismo papel plástico y chafas todo con unos golpes de la base de una olla, estarás logrando un marisco barato, sencillo, en carpaccio, que con unas alcaparras picadas, unas gotas de limón, un poquito de tomate cherry o una cebolleta muy picada por encima con unos golpes de sal y pimienta o de brotes verdes, y algo de aceite de oliva representa una manera diferente de tomar unas gambas crudas. 

Si a tus invitados no les gusta el pescado crudo, los langostinos crudos, se los metes al microondas 30 segundos y apañados, aunque sea un crimen.

La gastronomía no es solo alimentación, sino si se quiere, puede ser mucho más sobre todo ganas de agradar y de aprender con cientos de elementos muy distintos entre ellos.