Brotes de Alfalfa hechos en casa

Alguna otra vez ya os había hablado de los brotes de soja caseros, pero era complicado encontrar otras semillas para probar, pues ahora casi todas las irradian para que no germinen en los almacenes.

En una tienda de venta de semillas para el campo compré una caja de medio kilo de semillas de alfalfa para probar, aun sabiendo que el propio comerciante me avisó que no eran para uso comestible.

Pero después del tute que les meto en agua que hay que ir cambiando en los días en que tardan en germinar, pensé que por probar no me iba a intoxicar.

Y de momento me muevo.

En un bote de cristal de 1 litro se ponen una cucharada sopera de semillas y se cubren con agua templada. Esto es para el primer día. Se tapa el bote con una gasa y una goma elástica.

A partir de ese día, se van lavando las semillas unas 3 veces por día, y se va dejando el bote tumbado sobre un plato, en una zona oscura pero no fría. Se debe dar vueltas al bote cuando se coloca en su sitio para que las semillas se peguen a las paredes del bote y no se pudran por exceso de humedad.

A los 3/5 días te salen unos brotes largos de alfalfa que solo esperan unos rayos de sol de media hora para crear la clorofila.

Los sirvo con unos golpes de sal, aceite de oliva extra virgen de oliva con añadidos (está muy bueno el de tomate que otro día explicaré) y si gusta, unos polvos de pimienta para animar. También le van muy bien unas algas de las que se pueden comer crudas, para ensalada.

En Zaragoza venden las algas en algunos lugares, entre otros casi en la esquina del Coso con la Plaza San Miguel. Tenéis que buscar una tienda de semillas en donde podéis comprar semillas NO irradiadas.