Sopas o cremas, como remedio para días de exceso


Tras unas semanas de excesiva comida en Navidad, pero también en algunos días de excesos, nos sentimos mal, hinchados, llenos, cansados incluso. Seguro que además tenemos la glucosa descontrolada, o el colesterol, o la hidratación de nuestro cuerpo. 

Tenemos que tomar medidas y una buena sopa es una excelente solución. Como plato único. Una sopa caliente.

Sopas o cremas de verduras, sin casi grasa, suaves, con nutrientes, que nos hidraten bien, que ayuden al estómago a calmarse.

Sopas de verduras con arroz, con huevo batido o sopas de pan con ajo. Sopas de pollo desmenuzado y sin piel, de pescado, o sopas de lentejas con cebolla, zanahoria y laurel. Sopas de apio o de puerro, espesadas con harina de maíz para convertirla en crema a la que añadimos unos tostones de pan. 

Sopa de cebolla o de tomate, sopas a las que para poner algo más de sabor la añadimos a la hora de servir un golpe de queso rallado o un huevo cocido picado.

Una sopa debe hidratar, a depurar el cuerpo, a nutrir ella sola para que no nos quedan ganas de picar o de tomar otros platos, es una comida caliente y ayuda a entonar el cuerpo al que hemos maltratado en los días de exceso.