Bisaltos, tirabeques o miracielos. Legumbre de lujo


De la familia del guisante, los bisaltos, tirabeques o miracielos son leguminosas que se quieren poner de moda en algunas partes de España, cuando en realidad llevan muchas décadas en las mesas de zonas como Aragón. Así que poco a poco estamos viendo un encarecimiento del producto, por la ley de oferta y demanda.

Es una leguminoso algo dulce, y de la que a diferencia del guisante se come su vaina y sus semillas a la vez, generalmente cogiendo la vaina con los dedos, y al llevarla a la boca mordiendo levemente el bisalto para quedarte con su carne tierna y el interior del fruto, desechando los dos hilos exteriores.

Ayudan con sus vitaminas a la salud, incluso siendo dulces saben controla bien la glucosa y el colesterol, ayudando a regular sus niveles. Es muy interesante para el estreñimiento y sus vitaminas A, B y C junto al calcio y el fósforo van perfectamente para el organismo.

El problema es que está pocos meses en nuestros mercados, generalmente en el invierno avanzado y el principio de la primavera, que hay que comerlo con los dedos que es una ventaja de lujo casero o no, y que hay que saberlo cocinar en los tiempos, pues su presentación es tremendamente sencilla.

Si deseas tomar los tirabeques o bisaltos como plato, en Aragón simplemente los cocemos en abundante agua con algo de sal, entre 20 minutos o algo más según la dureza del bisalto, y los servimos blanditos con unos golpes abundantes de aceite de oliva de calidad. Nada más.

Esta forma de cocina choca claramente con la otra, que es simplemente blanquearlos en agua hirviendo, dejarlos al dente tras pasarlos por agua helada, y refreírlos o saltearlos cuando se vayan a servir acompañando cualquier otro plato de carnes o de pescados.

En el primer proceso se cuecen bastante y se dejan blanditos y suaves, casi mantequilla. En el segundo sistema se dejan al dente casi crujientes. Dos maneras de tomar bisaltos, tirabeques o miracielos. ¿Y por qué los llamamos también miracielos? Pues porque para comérselos con los dedos y enteros, hay que levantar la cabeza como si fueras a beber en porrón, mirando al cielo.