Gulas en ensalada. ¿Y gulas crujientes en chocolate?


El mundo de las "gulas" no es comparable al de las angulas ni tenemos que pensar en compararlos. Hablamos de productos diferentes, pero las gulas también pueden dar un gran juego y muy económico en una mesa de aperitivos. Aquí estamos viendo un plato con tres presentaciones diferentes del mismo producto. Las famosas y baratas gulas, entre las que también hay calidades diferentes.

A la izquierda y sobre una concha de vieira un poco de las clásicas gulas como si fueran unas angulas refritas con ajo y ligeramente picantes. Muy clásicas y conocidas, intentan imitar con bastante éxito el clásico y carísimo plato de angulas verdaderas. Estas gulas hay que servirlas calientes y los ajos tienen que estar crujientes. El grado de picos depende del cocinero y de lo que quieran aguantar los comensales.

Arriba a la derecha vemos ya una especie de ensalada de gulas en frío, con algo de escarola picada y manzana troceada. Todo con una salsa vinagreta con mostaza.

Abajo a la derecha es otra ensalada fría y diferente de las muchas que cada uno podemos imaginarnos. Aquí a la gula le hemos añadido lechugas moradas picadas finas y alcaparras picadas, con una vinagreta de aceite de oliva extra virgen y unas gotas del caldo de las propias alcaparras. 

Las gulas de las dos presentaciones de la derecha están sin pasar por el calor, como sucede con esos palitos del llamado surimi, que se sirven en crudo. En realidad como el sabor de las gulas es muy bajo, son capaces de encajar muy bien con cualquier otro sabor añadido que les pongamos, sean por ejemplo salmón o anchoas ahumadas y picadas, vinagretas diversas, distintos picantes, o frescas verduras e incluso frutas. 

¿Seríamos capaces de hacer gulas pasadas por chocolate caliente y dejadas enfriar para que se queden rebozadas de chocolate amargo?