Carpaccio de ternera con rúcula y mayonesa

 

Este carpaccio que vemos arriba me lo sirvieron en un restaurante madrileño dentro de un menú económico, lo que nos indica que en realidad no puede ser una maravilla. Los carpaccios bien realizados no pueden ser muy económicos pues deberían partir de una carne de calidad, madurada para que tuviera sabor.

No es sencillo hacerlo en casa, pues la carne debe estar congelada y cortarse muy finamente con un loncheador de embutidos. Si tenemos en casa, perfecto, si no es así, a cuchillo no es sencillo.

La carne debe estar cruda. Debe ser solomillo o lomo alto o bajo, como carnes no grasas y de calidad. 

Una vez cortada se presenta sobre un plato individual y se le añaden unas hojas verdes, en este caso rúcula, sal, unas gotas de aceite de oliva virgen extra y unas lascas de queso seco, si es posible el clásico parmesano.

Permite también una vinagreta suave y en poca cantidad, y unas láminas de almendras o unos puñones, apr darle algo crujiente.

En este caso y al ser una ternera de poco sabor optaron por disfrazarla con una salsa mayonesa en vez del queso, más barato y sirve para reforzar el sabor. Pero lo principal es la carne y sin una buena pieza no es posible degustar de un buen carpaccio.