¿Qué es la comida basura? ¿Hay que subirle los impuestos?

En esa nueva concepción de la “comida basura” al hilo de una posible subida de impuestos en estos productos alimenticios, surge enseguida la duda sobre qué estamos considerando comida basura y por qué. 

Podríamos señalar de forma rápida que la comida basura es la que se vende en locales de comida basura lo que es una perogrullada. En esos locales que asemejamos a locales de comida rápida se puede comer bastante aceptablemente, eso depende de lo que cada persona pide. También hay ensaladas en vez de patatas fritas y las hamburguesas (de entrada) no son peores que las que compramos en supermercados ya preparadas.

Es verdad que la carne picada en su inmensa mayoría la compramos ya picada e incluso mezclada. Hace un par de décadas la carne picada se compraba en el carnicero solicitando piezas de carne diversas que te picaban en el acto, allí mismo y te la entregaban recién picada. Si la querías solo de ternera elegías el tipo de pieza y la veías pasar por la picadora. 

Ahora compras carne con una indicación del tipo de carne pero ya picada, y a la que nunca sabes qué le han podido añadir y de qué tipo de carne es. Generalmente de los trozos que no se pueden servir como filetes.

Comida basura es sin duda esa pastelería metida en bolsitas de plástico y que dura fresca dos semanas. Lleva colorantes, aceites diversos, grasas y azúcares y sin duda colorantes y conservantes. Y se las toman los niños pues para eso le dan formas y colores muy bonitos.

Comida basura son también algunos refrescos con un exceso de azúcar o de química. Algunas bolsas de snack que se hacen con purés de “cosas” que luego dar forma de tubo, bolitas, patatas fritas, etc. Comida sin controlar, con exceso de preparación de laboratorio industrial es lo que se podría llamar comida basura. 

Pero no toda es mala de entrada ni produce problemas excesivos pues está controlada. Todo depende de la cantidad, de lo que no comes por comer eso, y de la suma de todo el conjunto.

Si te tomas unas patatas fritas sin controlar sus calorías y grasas, junto a una hamburguesa dentro de un pan fabricado para que nunca se ponga duro, junto a un filete de queso y unas salsas sin controlar bien la suma de todo ello, regado por una bebida de muchas calorías, pues estás tragando un exceso de muchas cosas. 

Sobre todo si esto lo haces al menos una vez por semana. Si lo hacen una vez al mes, es mucho menos complejo de asumir.

¿Cuánta comida basura tomamos sin darnos cuenta? ¿Cuántos antibióticos llevan dentro nuestras carnes, dados a los animales sin el control exquisito de los piensos? ¿Cuánto azúcar de más tomamos todos los días? ¿Seguro que el alcohol que tomamos es del bueno? ¿Las pieles de todas las frutas las podemos meter a la boca sin problemas? ¿Hablamos de los pescados y sus controles de minerales tóxicos en sus carnes?

Por cierto, tal vez sería mejor subir los impuestos a según qué tipo de alimentos, pero a su vez bajárselos a los que son más naturales y de primera necesidad. Para compensar.