Menú fino de degustación, en el Madrid caro

Me gusta dar a conocer menús de algunos restaurantes y de muy variado tipo. En mis viajes no suelo acudir a estos lugares simplemente por precio y por ello no puedo hacer crítica del servicio. Mis opciones son siempre mucho más elementales. Lo que no me quita el poder dar a conocer algunas propuestas como esta, que resultan gratamente espléndidas.

Empezar con una ostras pienso que francesas aunque las gallegas están igual o mejor, para continuar con un bacalao emulsionado en cítricos me imagino que a baja temperatura parece una excelente propuesta. Me quedaría con ganas de probar los calamares en su tinta, pero los veo más habituales.

Yo del segundo dudaría, pues el rabo de kobe no me lo creo ya que no sé si puede haber tantos rabos de kobe para ofrecer en las restaurantes. Así que me inclinaría por el cochinillo. El rabo de toro puede estar fabuloso, pero me fastidia que me adviertan de un producto y yo no estar seguro de él. Entre el cochinillo y un rabo con dudas, me quedo con lo autóctono.

Como este menú tiene ya cinco años se habla de un coulant de postre, algo que hoy en el 2019 ya está algo pasado de moda. Me quedaría con el helado de mojito. 

Un grato encuentro supone el champagne como bebida, aunque un cava bien elegido podría estar igual o mejor. ¿El precio? Pues los más de 60 euros pueden parece excesivos. Peor por eso no puedo deciros si los merecen o no, porque de entrada no debo pagarlos.