Familias de sabores para sorprender al comensal

Vamos a jugar a sabores, a presentar un plato de aperitivos o de entremeses al que llamaremos “sabores” y que no tienen que ser como el de la imagen. No se trata de copiar, sino de innovar con lo que tengamos en casa. Veamos el frigorífico y la despensa y pensemos un momento.

Se trata de presentar en un plato grande y a ser posible guapo y no como el mierda plato de la foto, una serie de productos en muy pequeñas cantidades y porciones, diferentes de sabor pero de la misma familia, acompañados de algunos sabores diferentes de salsas, de paté o de encurtidos, para dar variedad y reforzar la totalidad.

Se puede hacer con ahumados como en el ejemplo, pero también con verduras, con carnes, con salchichas, con embutidos, con pescados, con mariscos y moluscos, con quesos, etc. Para cada familia de productos le encaja unos acompañamientos clave. Por ejemplo a los quesos le va muy bien algunas mermeladas y algo de mostaza o de salsa de rábano picante. A las carnes algunas salsas picantes, unos chimichurris, unas láminas de jengibre, unas láminas de manzana, etc. A los pescados unas patatas asadas con diferentes hierbas y unos encurtidos.

Y a todo tipo de plato, algo de verde, de ensalada o incluso algún chupito de sopas frías que resulten atrevidas y novedosas.

Si a todo sabemos acompañarlo de unas conservas elegidas para darle diferentes texturas, logramos sorprender más. Hay conservas que pueden sorprender al comensal si las colocamos de una forma distinta a la habitual. ¿Has probado un chupito de gazpacho con mejillones picantes añadido en el batido final?