¿Es pecado servir pizza con piña?


Poner piña en rodajas en una pizza supone dividir a la humanidad española al menos en dos bloques perfectamente diferenciados. Los que lo odian y los que creen que es una opción interesante. Veamos algo más de este tema, que es tanto como poner o no poner cebolla en una tortilla de patata o en una paella.

Las rodajas de piña en una pizza la convierten en una pizza hawaiana aunque se inventara según comentan en Canadá o Alemania. 

En realidad es mezclar a una base de masa de pan con tomate, algo dulce y ácido a la vez. No hay más aberración ni más secreto. En la línea de hacer pizzas picantes o incluso terriblemente picantes. O ponerle anchoas muy saladas a un plato suave como es la pizza.

La mezcla por vecindad de un jamón cocido con la piña le ofrece una mezcla interesante en sabores y en texturas. Y además no es obligatorio pedirla o comprarla. Se puede seguir tomando pizza de champiñones o de cuatro quesos. 

En realidad la pizza es un plato con no excesivos sabores y su éxito en la mayoría de los casos depende de la masa del pan, del horno y de las especias que le pongamos. Y los italianos odian poner piña y también jalapeños o anchoas.

Jugar con láminas de piña no es entregar algo dulce sin mas, es añadir dulce y ácido. Por ejemplo no encaja melocotón en almíbar o rodajas de naranja, pero la piña sí. Aunque insisto en que no es obligatorio, para que nadie se desespere.

Nunca hay que poner mucha piña pues su sabor es fuerte y mata la sensualidad en los sabores de una buena pizza. Hay que escurrirla bien para que los caldos no ablanden la masa. 

Y hay que intentar que no sea el componente principal en tamaño. La imagen de arriba es LO QUE NUNCA DEBE SER UNA PIZZA DE PIÑA. Hay excesiva piña.

Unos toques de piña natural y pequeños en una pizza de jamón cocido y bacon, con unos toques de orégano y una buena base de tomate bien frito, es mucho mejor que poner rodajas enteras de piña en conserva.

El queso por encima tiene que ser suficiente como para que la mezcla funcione bien y no se apodere el dulzor de la piña de toda la pizza.