Son tiempos de ensaladas y de imaginación

Son tiempos de ensaladas y nadie nos obliga a no practicar el noble arte de la mezcla, del cambio, de llamar la atención. Por ejemplo, unos cogollos se pueden servir cortados o simplemente deshojados. Estas hojas de lechuga son de mis macetas y están servidas recién cortadas con la fresca de la noche y servidas enteras. 

Se puede jugar con las ensaladas a poner salmón ahumado, frutos secos, alguna salsa que nos guste o al contrario servirlas sin salsa encima y poner varias salsas aparte, para que cada comensal se las termine de aliñar sobre la mesa. Eso sí, siempre hay que servirlas ya con su sal y su aceite de oliva virgen extra de calidad. El aceite es media vida a una ensalada.

Si a las hojas pequeñas pero enteras de lechuga les ponemos unas gotas encima de salsa de queso, mejor si es azul, se pueden tomar como si fuera un aperitivo sin cortar, dobladas en el momento de tomarlas. Pero con un poco de pepino o un espárrago en conserva en su interior están también deliciosas, como si fuera un mino bocadillo donde la lechuga hace de pan.