Ternasco o cordero joven, rebozado


Es verdad que el cordero, los lechales o los ternascos, muy pocas veces se toman y se sirven con esta presentación que parece más digna para lomos de cerdo o incluso para algunos cortes de ternera. Pero el cordero joven, los clásicos ternascos, en Aragón al menos, a veces se cocinan rebozados y fritos.

Se utiliza filetes de pierna y de costilla de ternasco o de cordero joven, y en crudo, algo salado, se rebozan en los tres pasos clásicos de cualquier rebozado de tres pasos. Harina, huevo batido y pan rallado a ser posible con perejil picado o incluso con ajo y perejil picado.

Y tras el rebozado se ponen en una freidora o en una sartén con aceite a fuego fuerte que cubra la carne, hasta que tenga ese color dorado que entra por los ojos. Puede ser aceite de girasol, y si es de oliva, que sea suave de sabor.

Es cierto que lo habitual en el cordero es hacerlo asado, frito o a la parrilla o a la plancha. Guisado si son partes menos nobles como el cuello o si es ya un cordero algo mayor. Pero en la carne joven, esta presentación sorprende por su jugosidad.