Garbanzos con bacalao, espinacas y Cuaresma


En Cuaresma es normal ciertos platos muy históricos, antiguos cuando menos, sin carne, que se repiten año tras año en muchos hogares españoles sobre todo si hay personas mayores que los recuerdan de niños. Uno de estos platos son los garbanzos con bacalao y espinacas. Hoy es posible hacerlo de forma rápida y muy sencilla, en este caso vamos a partir de un bote de cristal de garbanzos ya cocidos.

En una olla y sobre una cucharada sopera de aceite de oliva vamos a refreír dos dientes de ajos picados a láminas. Cuando tomen color añadiremos un puñado de espinacas frescas picadas a trozo, como unas 20 hojas de espinacas para un bote de garbanzos. 

En un instante quedan refritas las espinacas y en ese momento añades un par de vasos de agua para que todo cueza unos dos minutos. Añades sal y una pastilla de caldo de pescado para reforzar los sabores.

Pasados esos 2 minutos añades un puñadito de arroz y una cucharada mediana de tomate frito para darle color a todo. Dejas cocer todo 5 minutos y añades el bote de garbanzos ya cocidos con su propio caldo de la conserva.

Dejas cocer todo 10 minutos y transcurrido ese tiempo añades bacalao desmigado y ya desalado del día de antes con agua que vas cambiando tantas veces como sea necesario según el tamaño del bacalao. Para el boto de garbanzos puedes añadirle como un puñado de bacalao desalado o dos puñados, según lo que tengas y las ganas de que haya más o menos pescado. 

Dejar hervir todo un minuto más y apagas el fuego. El arroz ha cocido en total unos 16 minutos, más o menos, que unido al tiempo que ahora dejamos de reposo, es más que suficiente. Algo menos también es correcto.

Lo dejas reposar un par de horas y a servir. Una variante podría ser añadir junto al tomate un par de cucharadas de nata de cocinar o de leche, pero eso depende de gustos. También le encaja unos golpes de pimienta recién molida. Servir muy caliente.

Personalmente me gustan con caldo, pero eso depende de comensales y gustos. Se puede hacer desde casi secos, a caldosos o a un puchero con bastante caldo. Los garbanzos siempre tienen que ser más del doble que el arroz. Y es un plato único con algunos pequeños aperitivos anteriores, por ejemplo unos encurtidos o unas gambas cocidas o a la plancha.

Nota.: La imagen no hace justicia, pues la hice cuando ya nos los habíamos trajinado casi del todo, y es una pequeña muestra del plato de garbanzos con bacalao y espinacas.