Bacalao a la llauna sobre cama de hummus de monchetas

En un restaurante catalán y en menú del día de precio muy normal me sirvieron el otro día un bacalao enharinado y frito con una capa exterior crujiente y un interior muy jugoso, servido sobre una cama de hummus de monchetas y unos golpes de pimentón algo picante (mitad y mitad) por encima, acompañando unas láminas de ajo tostado y tieso y unas delicadas líneas de aceite de oliva para darle más sabor al hummus de judias blancas en vez de garbanzos.

Plato muy sencillo pero sublime en su conjunto. El punto de cocción de los pescados es fundamental y para ello tanto la temperatura como el tiempo de cocción se mide en segundos de diferencia o en grados. 

Si le ponemos un pimiento rojo riojano simplemente pasado por la sartén o unos nachos pinchados sobre el hummus o unas cebolletas caramelizadas, tenemos una excelente muestra de que lo sencillo, en este caso un bacalao a la llauna, es un plato maravilloso. Es fundamental que el trozo de bacalao sea amplio, grueso, limpio de espinas y del lomo. Y en su justo punto de sal, para que no nos quedemos como a veces sucede en restaurantes no muy duchos, soso de sal y por ello insípido de gracia.