Champiñones de Logroño. Un lujo sencillo

Pocos bares en España se han hecho famosos en todo el país con un simple y solitario producto. Tan conocido que casi es el emblema de toda la calle más famosa de Logroño para tomar pinchos. Me estoy refiriendo a Casa Soriano en la calle Laurel de Logroño y sun pinchos de champiñones a la plancha. Un pincho además muy bien de precio, contundente, y que con un vino de Rioja, encaja de maravilla.

Se compone de una rebanada de pan, tres champiñones sin pie hechos en la plancha en el mismo momento y delante del comensal —y os puedo asegurar que no hay tiempo para hacer más, quedando la duda de cuántos miles y miles de champiñones habrá hecho aquel cocinero mayor que los hace con maestría— y terminando con una gamba pelada coronando todo. En su cocción a la plancha le añaden dos tipos de salsa diferente y cuando te los sirven con el palillo llevan por encima una de ellas con sus ajitos muy picados.

Comer este pincho sin mancharte no es nada fácil, pues por el hueco del palillo se va colando el caldo que han puesto arriba. Dicen los expertos que hay que meter el palillo hacia abajo, y sorber hasta comerte el primer champiñón, y así con el resto pues el tamaño no ayuda a dar bocados.