Vamos a desayunar
como los príncipes; nada como un caldo de consomé de ave bien calentito para entrar en calor nada mas levantarnos de la cama y sobre todo si ha sido tras una noche ajetreada, luego un té suave
que para eso estamos hablando de prepararnos un desayuno inglés y unas galletas saladas o una tostada de pan de cereales al natural, con frutas, por ejemplo lonchas de kiwi,
fresas, plátano y unos toques de miel de romero o de naranja por encima.
Si te quedas con
hambre puedes añadir unas barritas de queso fresco o queso tipo camembert. Es imposible sentirte mal con esta forma de comenzar el día, y sobre todo estamos hablando de un desayuno contundente en el que el caldo —eso sí— lo tienes que tener preparado del día anterior o ser de caja, pues no se trata ni de cocinar ni de estar esperando varias horas para desayunar.
La imagen es de symmetrybreakfast.tumblr.com
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