Hay platos
históricos, tradicionales, rurales y de hogares humildes, que son fáciles de
recuperar y probar en casa. Hoy vamos a hablar
del “ajaceite de patata”.
Coceremos una
patata del tamaño de un puño, en agua y con sal. Una vez templada la pelamos y
reservamos.
En un mortero
chafaremos o machacaremos dos dientes de ajo con una piza de sal gruesa (media
cucharilla de café). Cuando esté hecho una pasta incorporaremos la patata a
trozos hasta mezclar todo bien y añadiendo poco a poco dos yemas de huevo para
que salga más cremoso el ajaceite. A continuación añadimos una cucharada sopera de aceite de oliva vírgen, poco a poco, para dar brillo, sabor y suavidad.
Debe quedar una salsa muy espesa por lo que si la yema es gorda tal vez con una sea suficiente. Hay que tomarla en un par de horas pues al llevar huevo crudo hay que conservar en frío y consumir pronto.
Debe quedar una salsa muy espesa por lo que si la yema es gorda tal vez con una sea suficiente. Hay que tomarla en un par de horas pues al llevar huevo crudo hay que conservar en frío y consumir pronto.
Sirve para
tomar sobre pan tostado o acompañando platos de bacalao, carnes a la brasa o a
la plancha.