Aromatizar aceites de oliva o girasol, muy sencillo

Aromatizar aceites para la cocina es un recurso muy sencillo de hacer y que ofrece resultados excelentes para enriquecer sabores de ensaladas, pasta o platos de pescados y carnes. Las posibilidades de los aceites aromatizados son tantas que es imposible nombrarlas todas. Desde el clásico y sencillo ajo a cualquier hierba aromática como menta, albahaca, tomillo, romero, orégano. Y sin duda distintas pimientas, guindillas o chiles.

El proceso es siempre muy similar. Puedes emplear aceite de oliva virgen extra (pero si no lo mantienen en la nevera o lo tienes más de un mes puede tender a enranciarse) o aceite de girasol.

Normalmente en un botecito de unos 200 cc o un frasco estrecho siempre de cristal pongo unas ramitas de hierbas frescas o secas (si son frescas hay que cuidar que no se pudran cubriendolas muy bien del aceite y sin que quede aire entre las hojas y para ello es también mejor mantenerlas en la nevera, pero el resultado de sabor y olor es mucho mejor con hierbas frescas) o unas guindillas secas, o un par de dientes de ajo, granos de pimienta, cáscaras de naranja o de limón sin la parte blanca, etc.

Calentar el aceite al fuego hasta los 50 grados más o menos, algo más que la temperatura humana, pero nunca dejando que humee. Solo calentando o templando. Y con ese aceite relleno hasta el final los frascos o botecitos de aceite con sus ingredientes.

Tapo bien el frasco llenado hasta el total del aceite elegido y lo dejo reposar como mínimo unos 15 días. A partir de ese momento ya se puede emplear el aceite pues parte de las esencias de las hierbas habrán pasado al mismo.