Malas paellas en Valencia. Algo que debería estar prohibido en Valencia

Cuando vemos a Chicote en su programa de pesadilla nos puede parecer esperpéntico cuando en realidad es algo habitual en muchas empresas, sean de restauración o no. 

Malas organizaciones, falta de liderazgo, incapacidad para gestionar, nula capacidad para ver las realidades que desde fuera de la organización se ven a poco que atiendan los síntomas. 

Puede parecer irreal y ficticio pero los que en algunas ocasiones hemos realizado gestiones de auditorías de calidad, vemos reflejados problemas comunes, más o menos coloreados para entretener al espectador.

En el mes de julio de 2014 (han pasado ya seis años) tomé el menú del día en el restaurante La Cava de Valencia. Barato, pero mal servido. Es inconcebible que en una ciudad como Valencia se ofrezca en el centro de la ciudad una paella mal recalentada al microondas, con el arroz pasado a las 13 horas, corto de sabor y con exceso de cantidad.

Como resulta positivamente curioso que a escasos metros, en un bufett libre, de nombre Sanno, junto al Ayuntamiento, servían tres clases diferentes de arroces a precio de 10 euros con bebida, a cual mejor y cualquiera más correctamente cocinado que el de ayer. 

Unos calamares con cebolla y una porción de calabaza naranja asada de postre indican que el precio debe servir para el tipo de producto pero nunca para el tipo de cocina pues todos entendemos que quien regenta un restaurante debe saber cocinar y discernir lo que está bien o mal. 

¿Qué arroces eran?, pues arroz a banda, paella de pollo y arroz al horno. Este último sin duda un descubrimiento en su forma, contenido e historia, que para eso hemos preguntado y pronto os la plantearé resuelta.