Los dátiles que nos comemos, dulces y secos, en realidad se
recogen de la palmera cuando están verdes o inmaduros, de un color amarillo dorado o anaranjado.
Una vez recogido el fruto se ponen a secar al sol unos días
y se vuelven rojizos y su sabor cambia totalmente de áspero a dulce, mientras
su carne pasa a ser jugosa y blanda. También se puede mojar en vinagre y dejar
secar tapados por un paño o con papel de periódico o incluso mezclarse con manzanas para que fermenten interiormente y se sequen.
No todas las clases de dátiles son iguales, pues en realidad
hay más de 100 clases distintas o variedades. En la antigüedad era considerado
el árbol de la vida pues crecían allí donde aunque en apariencia no había más
que arena, pero indicaban que en los subsuelos había humedad ya que sus raíces necesitan más humedad
que otros arbustos de Oriente Medio, de donde procede.
Es un fruto que consumido en abundancia puede producir
problemas digestivos pues resulta pesado. Es un producto de alto valor
calórico, por lo que no se recomienda a obesos o diabéticos.
3 comentarios:
gracias me sirvio mucho tu consejo
Gracias a ti por tu comentario
Me gusto su consejo,gracias
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