Recuperemos platos y sabores sencillos y de antaño, recetas más fáciles

Observamos cada vez más un sin número de excelentes blog de recetas de cocina en donde se muestran maravillosos platos y presentaciones que harían temblar a muchos restaurantes de 70 euros el servicio. La verdad es que aunque parezcan muy sencillas de realizar, la realidad luego es bien distinta y se necesita unos conocimientos en cocina más que suficientes para que el relleno no se desparrame, el punto de cocción de le pechuga de pollo sea la justa y para que la salsa esté en su punto y sin sabor a harina mal cocinada.

Valoramos poco lo sencillo, tal vez en busca de cocina más rica en todos los aspectos pero también y sin decirlo, en lograr que el comensal aprecie buenos platos y al final tras rendirse, acabe en una mesa profesional a solicitar aquello que no ha sido capaz de terminar con éxito. Muchas veces los pequeños trucos para encontrar el punto de sabor no se explican y por mucha maravillosa presentación y relleno, las pechugas de pollo resultan insípidas, cocidas y muy bonitas pero vacías de gracia.

En el caso que nos ocupa, una simples pechugas de pollo a la plancha con unos golpes de pimienta negra y sal, sobre una salsa incluso industrial y decoradas con unos piñones pasados por la sartén, pueden otorgar más sabor y gracias que muchas presentaciones complicadas y que necesitan mucho tiempo de preparación. La gracia del aceite de oliva virgen extra, de algunas especies, del tipo de fuego elegido, de un acompañamiento sencillo pero efectivo, puede ser suficiente para agradar. Que cada uno elija sin olvidar la sencillez como una posible opción.