Cierra Casa Emilio de Zaragoza. Fritada y bacalao ajo arriero

El restaurante Casa Emilio de Zaragoza era mucho más que un restaurante o una casa de comidas, era sobre todo un lugar de reuniones de la gente de izquierdas que quería comer con calma y casero. 

Casi en el centro de Zaragoza, vivió tiempos espléndidos que e fueron cambiando según aquella zona de la entrada de las Delicias o del Portillo perdía vida. O según nos íbamos haciendo mayores los clientes de siempre. Mayores o se dedicaban a viajar por los aires.

Tras el fallecimiento de Emilio Lacambra, aquel restaurante de 1939 empezó a flojear y le faltaba esa garra que le aportaba el alma del espacio local casa de comidas.

Os dejo un par de recetas de aquel mítico local, que ha dejado su familia en Heraldo de Aragón. Son dos de los platos míticos basados en la cocina de Teodoro Bardají.


La fritada
era uno de los clásicos de la familia Lacambra. Calabacín, patatas, pimientos rojos, tomates, bonito en escabeche y huevo eran sus ingredientes. El calabacín y la patata se troceaban en rodajas finas como para tortilla y los pimientos rojos y tomates en cuadrados de un centímetro. Los cuatro vegetales se freían por separado, posteriormente se escurrían y se ligaban a fuego lento juntos. Por último, se le añadía bonito y un huevo crudo.

El bacalao al ajoarriero era otra estrella que se ha podido saborear durante casi 85 años en este restaurante. Os dejo una receta mía.

Con un fondo de cebolla con ajo picado y bacalao se conseguía este plato al que se le incorporaban huevos batidos que se trabajaban a fuego lento hasta que se cuajaban. Si no hay mucho bacalao y bastantes personas se puede poner la misma cantidad de patatas cortadas como para tortilla en este refrito a pochar como si fuera una tortilla de patatas.

El bacalao se lavaba en seco bien, para quitarle toda la sal, y se desmigaba estando seco para echarlo en una cacerola con agua en donde se le daban varios meneos para quitarle toda la sal de su interior, pero sin ponerlo horas a desalar, solo lavado. 

Se añade el bacalao a la cebolla y ajo y patatas y se deja a fuego bajo que se haga todo unos minutos, a que se junten sabores y la sal del bacalao impregne la patata. Y cuando ya casi esté, se le añaden los huevos y se hace con todo una especie de revuelto. Quedará muy sabroso pues el bacalao no lo hemos desalado del todo.