Trucos para hacer bien los buñuelos fritos de calabaza

Observaba el otro día en una gran feria como hacían buñuelos de calabaza delante de los clientes y a una velocidad sorprendente. Todo parecería normal excpto que mientras con una mano iban cogiendo la porción de masa necesaria en el acto de pasárselo a la otra mano y depositar la masa en la gran freidora le hacían el agujero con el dedo gordo casi sin verse y depositaban sobre el aceite bien caliente la masa a escasos milímetros de la superficie humeante. Nunca se quemaba, nunca dejaban de hacer el agujero en el centro de la masa blanda. Nunca supe cuantos miles de buñuelos llevaba realizados.

Dicen en Valencia, tierra de buñuelos de calabaza para Fallas que el arte está en freírlos y que los buenos cocineros o cocineras nunca dejan que otras personas los frían pues luego no salen igual, aunque la masa sea la misma.

Los buñuelos de calabaza son simplemente una masa que mezcla una tercera parte de harina con puré de calabaza hervida, levadura de panadero y mucho arte para saber la textura de la pasta, un poco más espesa que el chocolate de taza, lo justo para dejarse coger y dar forma. Masa que se deja fermentar hasta que doble de tamaño. Se fríen en aceite de girasol y cuando al poner sobre el aceite caliente una miga de pan y chisporrotea.

Efectivamente la mano que deposita el buñuelo sobre el aceite tiene un truco, está siempre mojada en agua para evitar el calor del aceite. Y la rapidez en formar el buñuelo es fundamental pues si no la masa se escurre entre los dedos en la operación o la tienes que poner más espesa y el buñuelo no sale tan jugoso.