Ostras fritas. Otra forma de comerse las ostras.

Es tiempo de entrar en las bacanales de Navidad o al menos del invierno donde tenemos más tiempo para probar y experimentar y tal vez para hacer platos diferentes.

No todos los comensales son capaces de soportar una excelente ostra (viva o al menos cruda) en la boca, viva porque en realidad está viva, más que porque se note en boca.

Es como tomarse un bocado de mar sólido y no líquido, pero asumimos que no a todos los comensales les gusta esa sensación. Tenemos otra posibilidad, para quien odie pensar que está cruda.

Abrimos las ostras, recogemos con mimo toda la carne en un montoncito, añadimos unas gotas de limón y pasamos por harina por todos los lados no una vez sino dos para formar algo de costra.

Ponemos una sartén con bastante aceite y bien caliente ponemos las ostras enharinadas a freír. Están también excelentes. No hace falta ponerles sal. 

Efectivamente se pierde el líquido del interior de la ostra pues al enharinarlas hay que hacerlo en seco. Nada es perfecto… de entrada.