Receta sencilla para los risottos (risotos), esos arroces italianos maravillosos.

Por si no nos atrevemos a realizar en casa un risotto, italiano pues es un plato de dificultad media, podemos comprar sobres ya preparados, listos para hacer de una forma muy sencilla y a un precio muy económico. El que vende Carrefour (cuatro quesos) es muy bueno.
Pero si queremos probar la receta en casa, vamos a explicar algunos pequeños trucos para que el risotto salga bien.
El arroz es el mismo que para la paella.
Tendremos al igual que para ella, un caldo bien caliente, preparado para hacer el plato.
Reogaremos un par de ajos y media cebolla muy finamente picada junto a alguna verdura (solo una) que sea la que sirva para darle nombre al risotto.
Espárragos, setas, alcachofas, col, calabaza. Encaja también algo de jamón o panceta más una verdura.
Reogada la verdura añadimos el arroz y poco a poco iremos añadiendo caldo sin dejar de remover el arroz de vez en cuando. Cada minuto una vuelta con la cuchara, para que se rompa ligeramente el grano y suelte el almidón. Junto al caldo (algunos, en vez de caldo ponen sólo vino blanco o cava) añadimos medio vaso de vino blanco para darle más cuerpo. Otro añaden el vaso de vino blanco al principio y continuan luego con el caldo.
Seguimos pues añadiendo caldo con algo de vino y dando vueltas al arroz, hasta los 20 minutos de rigor, como en la paella. Pero moviendo el arroz y añadiendo el caldo poco a poco, sin dejar que se seque.
Cuando falten unos 2 minutos añadiremos al plato un buen puñado de queso parmesano rallado y una cucharadita de perejil picado y daremos las últimas vueltas, para dejarlo reposar.
Debe quedar cremoso.
Algunos en los últimos minutos añaden leche o nata en vez de caldo. Es cuestión de probar para coger el gusto particular de cada uno.
Un blanco o rosado con burbujas le va estupendamente. El lambrusco si es bueno (que los hay) va perfectamente.