Cena de buffet en un hotel catalán de playa

Hoy tenía cena de esas de buffet en un gran hotel catalán. Bien. Es lugar conocido y no me engaña por el precio y el servicio. Guarda buena relación. Pero no sé qué opinarán los numerosos extranjeros que llenan el comedor. No se puede pedir nada más por lo que se paga, así que me imagino que también ellos lo entenderán.

Un poco de ensaladilla rusa muy correcta. Otro poco de salpicón de mariscos justo aprobado. Unos trozos de bróculi y col de flor en salsa de queso, bien. Un rape muy pequeño en salsa americana con mejillones y cigalitas. Tres pasteles de repostería tras una tajada de sandía han cerrado la copiosa cena regada con un Blanco Pescador en su punto.

Como leemos, la cena ha tenido que dejar encantados a los turistas. Pero cuidado, también había merluza congelada de esas embutidas, tortilla de patata seca, sopa marrón, puré de patata o tallarines blancos con queso. Es decir, se puede elegir entre lo bueno y lo regular o malo, dependiendo de lo que conoces de nuestra gastronomía. Curiosamente las patatas fritas congeladas estaban de chuparse los dedos, cosa curiosa. Sobre todo si le añadías por encima un poco de la salsa americana del rape.